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| Il Cardinal Dieudonné Nzapalainga |
Una fiesta y una visita de excepción
Falta muy poco para la Navidad, y estos días son "efervescentes" para nosotros.
El viernes volví de Bangui, y el sábado estuve todo el día en Barka Bongo, un poblado a 40 kilómetros de Baoro. Aquí se habían reunido los cristianos de los cuatro poblados vecinos (Bawi, Zoungbe, Barka y Balembe) para una jornada de reflexión, oración e intercambio. La llamamos "be nzoni" (buen corazón): es un momento en el cual los poblados se vuelven e encontrar para ayudarse mutuamente, también materialmente. Por la mañana propuse una catequesis sobre el sacramento de la confesión, y después fue la misa. Después de la comida (compartido, y en el que todos han contribuido), se parte con el "dodo ti dimes": la danza de las ofrendas. Los cristianos de cada poblado danzan y llevan sus ofrendas, que después serán entregadas al poblado que acoge. Mientras el "vencedor" (el poblado que ha dado más) tendrá derecho a organizar la misma fiesta entre un año o dos.
El domingo celebré la misa den Samba Bougoulou, a 35 kilómetros en la carretera de Carnot.
Y el miércoles 21 de diciembre acogemos a un huésped de excepción: el obispo de Bangui, el cardenal Dieudonné Nzapalainga.
Es un hombre de una fe y de un valor extraordinarios (termina de publicar un bonito libro: "Mi lucha por la paz. Con las manos desnudas contra la guerra en Centro África", que aconsejo).
En estos días he querido visitar las zonas más críticas de nuestra diócesis. Zonas donde, aparte de los misioneros y pocos más, no se aventura nadie: Hay milicias rebeldes que atacan, que saquean y tienen a la población bono una continua amenaza. Durante una semana visité Niem, Bocaranga, Ngaundaye, Mann, parándome en los poblados más pequeños. En una escuela, los niños han escrito en la pizarra: "¡ayuda!".
Al fin de la visita se terminó aquí en Baoro, y organizamos un bonito encuentro con los jóvenes, en el licea estatal de Baoro, y otro momento con la comunidad parroquial, en la escuela de los catequistas de Baoro.
Y termino, deseándoos una ¡feliz Navidad!
Y lo hago (algunos ya lo han recibido) con Mathieu...
¿Quién es Mathieu?
Hace un par de semanas terminamos los trabajos de la capilla de Kouisso Baguera, a 7 kilómetros de da Baoro.
Misa solemne, con el obispo: cantos, danzas, y todo lo que es una liturgia en África.
Al final, pedí al obispo que diera un pequeño premio (una estatua del Niño Jesús) a Mathieu.
Mathieu es sordomudo. No oye nada, nada, no habla más que con algún verso. Pero durante los trabajos está allí, a echar una mano. De este modo, sencillamente y con mucha alegría. Él, que en el poblado está entre los últimos, es el más disponible y más sereno. Y el obispo lo ha llamado. Le hizo una señal y llegó a recibir el pequeño regalo. Y lo ha recibido con dignidad, y con los ojos que brillaban por la alegría y la emoción.
Este año, os hago partícipes de los buenos deseos con Mathieu.
¿Por qué la Navidad no es una broma? La Navidad es Dios que toma tan en serio ser hombre, que se convierte él mismo en hombre.
¡Po que la Navidad, el niño, es una cosa seria! Ha cambiado el mundo. Lo creamos o no.
Porque la Navidad, Dios que se hace hombre, en el Emmanuel: el Dios con nosotros.
Porque la Navidad es una revolución: "Cada hombre es el punto de partida, cada vez decisivo y cada vez insustituible, de la actividad divina" (R. Guardini)
¡Feliz Navidad con Mathieu!
P.Aurelio
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| i giovani all'ascolto del Cardinale les jeunes à l'écoute |
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| Barka Bongo |
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| Ecole des catéchistes, Baoro |
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| Samba Bougoulou |
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