Programas y imprevistos

 

 

 

Programas y imprevistos

No siempre los programas funcionan como estaba previsto. Y en Centro África con frecuencia ocurre que en el último momento cambian.

Contaba con poder volver el viernes a Baoro, después de algunos días en Bangui. El programa era de acoger al P. David y a otros ocho voluntarios italianos, que están visitando nuestra Misión en Centro África. Pero el viernes se desencadenó un gran temporal: ya había llovido durante toda la noche, y la lluvia seguirá hasta la tarde. Y el avión no pudo aterrizar, y regresó a Douala, en Camerún, donde el p. David y compañía pasaron la noche.

El sábado por la mañana, ir al aeropuerto fue una verdadera empresa: las pistas no asfaltadas son deslizantes y tuve que permanecer en el fango, y a lo largo de la carretera vi muchas zonas todavía anegadas por el agua, que al día siguiente había inundado muchas partes de la ciudad.

El P. David y el grupo de voluntarios salieron del aeropuerto hacia las 9'30 y marchas rápidamente para Baoro, donde llegamos hacia las 16'30- Yo me quedé allí, mientras ellos continuaban para Bouar y Bozoum.

Al día siguiente, domingo, celebré en Dobere, a 50 kilómetros de Baoro.

Finalmente en Baoro, pude seguir las distintas actividades en curso: la escuela guía, la formación de maestras y maestros del asilo y los trabajos de nuestra iglesia parroquial. Estamos casi al fin, y en estos días Romain está ultimando la capilla-santuario del Niño Jesús.

El miércoles por la tarde fui a Igwe, el poblado más pequeños, a 60 kilómetros. En estos días una empresa local está haciendo el pozo para el agua. Han marchado el lunes, y han tenido algunos problemas a causa de los árboles y ramas de la carretera. Sin embargo, han comenzado a perforar, y han encontrado el agua a unos treinta metros.

Par el poblado es un acontecimiento excepcional: y los adultos y niños están a su alrededor, observando los camiones y los obreros.

Mejor que la televisión (que no hay aquí).

Formazione maestre e maestri d'asilo, a Baoro
La formation des monitrices/moniteurs des écoles maternelles, à Baoro

 

Scuola guida
Auto-école

 

 

La cappellina di Gesù Bambino
La chapelle de l'Enfant Jésus

Marcelin

Bendita fantasía

Bendita fantasía

Con frecuencia me cruzo con los niños, aquí en la misión, en los poblados, o en la ciudad. Siempre sonrisas a la vista, y grandes capacidades e inventiva.

Hace unos días vi a tres niños ocupados alrededor de esta especie de "máquina", hecha con hilo de hierro y pedazos de plástico y chapas, una varilla conectada a las ruedas que son direccionales, ruedas hechas con goma de viejas zapatillas. Y, como guinda sobre el paste, un par de viejas pilas que encienden una pequeña lamparilla.

El dñia antes había visto a otro niño, que probaba a deslizarse en una (UNA) rueda ontenida de una maleta: Había inventado un "monopatín" con ruedas.

Y precisamente para ellos, los niños, hemos organizado una sesión de formación de unos maestras (y maestros) de las escuelas maternas de Baoro y de los poblados. Una formación de dos semanas, que les permitirá trabajar mejor el próximo año escolar.

El domingo estaba en Bawi, a 35 kilómetros de Baoro, donde celebré los bautismos de seis entre chicos, chicas, un adulto y un recién nacido. Para el poblado es una grtan fiesta.

El martes volví a Bangui, para los trabajos del nuevo convento, que van avanzando poco a poco.

La situación del país es siempre y cada vez más crítica. Desde hace tres meses no se encuentra carburante. O mejor: imposible encontrarlo en las estaciones de servicio, pero vendido en el mercado negro al triple de su precio...

Sin embargo todas las semanas, por Baoro transitan decenas de camiones, cargados de gasóleo y gasolina...

Prodotti tipici... dalla Russia
Des produits typiques... de Russie

Bawi

Formazione maestre e maestri d'asilo
Formation des monitrices et moniteurs des écoles maternelles

Il cantiere di Bangui
Le chantier de Bangui

Autoescuela

 

 

Autoescuela

Regresé de Bangui el viernes por la mañana, Los 400 kilómetros cada vez se hacían más largos, porque la carretera va empeorando cada día, especialmente para los 190 kilómetros entre Baoro y un poco antes de Bossembele.

El domingo fui a Igwe, el poblado más pequeño (una docenas de casas). En estos días deberían venir a hacer un pozo, así el poblado podrá tener finalmente agua potable.

Esperan casi dos horas para que lleguemos (y son menos de 60 kilómetros), pero la gente me espera, y celebramos una bonuta misa, bajo el techo de paja que es la iglesita del poblado.

Vuelvo por la tarde, y el lunes comienza la última parte de los cursos de nuestra Escuela Mecánica, quizá la más esperada. Es el curso de la escuela guía: durante cutro semanas los chicos val alternando entre teoría y práctica, para conseguir al fin la licencia de guía.

Los cursos hechos en estos dos años, más la licencia, serán dos válidas oportunidades para encontrar (o crearse) un trabajo.

 

 

Igwe

 

Scuola guida per i nostri alunni della Scuola Meccanica
Auto école pour nos élèves de l'Ecole Mécanique