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viernes, 19 de febrero de 2021

Se abre una carretera, poco a poco

 

 

Se abre una carretera, poco a poco

Lentamente, muy lentamente, Centro África parece comenzar a mejorar un poco en la situación dramática que arrastra ya hace dos meses.

En estos días comienzan a pasar los primeros convoyes de camiones, en dirección Bangui. Desde el 22 de diciembre ningún camión había logrado forzar el bloqueo instaurado por los rebeldes, y la capital se ha encontrado en grandes dificultades. Los   precios se habían doblado o triplicado, poniendo a dura prueba a las familias. También los países a lo largo de la carretera han sufrido grandes repercusiones económicas, debidas al acabarse las ventas de verdura, fruta, mandioca, leña, carbón y diversos servicios a los camiones que pasan por allí (todas las semanas había de los 600 a los 1.000 camiones en las dos direcciones).

Gracias a Dios también la situación en Bouar comienza a mejorar. Gracias a la ayuda de muchos, en particular a CRS (Cáritas de los Estados Unidos), de Siriri. OPS (Praga) y de muchas personas de buen corazón, el sábado 13 de febrero pudimos organizar una gran distribución. Más de 2.800 familias (casi 17.000 personas) estaban acogidas en los sitios de la catedral, Fátima, San Lorenzo, San Miguel, San Elías y en los tres seminarios. Y todas las familias han recibido arroz, aceite, sardinas, azúcar café, nueces, pasta de tomate, jabón y detergente.

Gracias a esta ayuda, y al hecho de la mejora de la situación, muchas personas han podido volver a sus casas. Hoy, jueves 18 de febrero, estoy de paso en Bouar, y me ha impresionado la diferencia entre la situación actual y la de hace una semana. Sobre 17.000 personas, ahora se encuentran 2.000  o 3.000, que deberán marchar en los próximos días.

El sábado, mientras sacerdotes y voluntarios de diversos lugares distribuían las ayudas, pude seguir en transmisión directa (las maravillas de la tecnología: https://www.youtube.com/watch?v=jlzFULgeaE8&feature=youtu.be ) la misa del funeral de mi madre. Un momento muy difícil, pero lleno de agradecimiento a Dios por el regalo que me ha hecho y que me ha hecho en la persona de mi madre.

La gracia y el afecto de muchísimas personas que, de un modo u otro han manifestado su cercanía (con la oración y con cientos de mensajes) me han ayudado y sostenido mucho. ¡Gracias!

Me permito compartir con vosotros la carta que he mandado a mi madre, que mi hermana Marisa ha leído durante el funeral:

 

¡Hola, mamá!

Quiero saludarte una vez más. Y sé que no será la última.

Soy Aurelio, tu hijo más lejano. Pero estoy igualmente cerca, a pesar de los kilómetros, gracias a la oración y al afecto.

En septiembre de 1992, justamente cuando estaba para irme definitivamente a la Misión a Centro África, nos saludamos en el hospital.  Habíais preparado todo para acompañarme tú y papá, hasta París. Pero te habías caído, rompiéndote una vértebra, y no podías moverte del hospital.

Cuando fui a saludarte por última vez antes de marchar, el septiembre de 1992, me acurdo de que me abrazaste con cariño, y con mucha fuerza. Y no lloraste. Estoy seguro de que lloraste después de que saliera de tu habitación. Pero querías que marchara tranquilo.

Es un poco la imagen de toda tu vida: dejar siempre pasar a los otros, no construir un peso para los demás, no ser un estorbo.…

Y no has querido molestar a nada ni siquiera para morir, dejándonos un poco de repente, aún después de muchos meses de enfermedad y deterioro.

Ayer he vi, gracias al teléfono: bien vestida, con el rosario en las manos.

¡Cuántos rosarios han desgranado tus manos!

¡Cuántos tajarin y raviole han  hecho tus manos!

¡Cuántas caricias y cuántos golosinas han regalado tus manos!

¡Cuántos manteles y recortes han cosido tus manos! Cortinas, toallas, ropa de cama, almohadas y manoplas... esparcidos en Italia y en África.

Una fe fuerte y sencilla, y la alegría de proporcionar alegría a los demás.

Ahora estarás por fin con papá, con José, con Luisita y con tantas amigas y amigos que has encontrado y a los que has alegrado con tus atenciones y tu afecto, durante tanto, tantos años.

Nos echarás en falta, mamá, a mí, a Juan, a Marisa a Flavio y a Franca. Echarás en falta muchísimo a tus nietos, Daniela, Mauro, Valentina y Lu.

Pero tu vida deja un una buena señal, y no podemos más que agradecer a Dios por habernos dado tu persona, y por haber podido gozar de ti durante tantos años..

Y seguirás, de ello estoy más que seguro, de que vas a estar cerca de nosotros.

Continuarás, como siempre hiciste, estando orgullosa de cada uno nosotros, hijos y nietos.

Ayúdanos y acompáñanos, de forma que merezcamos siempre tu orgullo..

Adiós, mamá.



Saint Elie a una settimana di differenza: prima e ora
Saint Elie à une semaine de différence: avant et maintenat

Saint Elie a una settimana di differenza: prima e ora
Saint Elie à une semaine de différence: avant et maintenat

Distribuzione viveri ai rifugiati della Yolé Carmes
Distribution des vivres aux déplacés de Yolé Carmes




Il vescovo di Bouar con i viveri da distribuire ai rifugiati
L'eveque de Bouar avec les vivres à distribuer aux déplacés

Catechismo domenicale a Samba Bougoulou
Le catéchisme, le dimanche, à Samba Bougoulou

Riprendono timidamente, ma ben scortati, i convogli di camion per bangui
La reprise des convois de camions, timidement mais bien escortés, en direction Bangui


Maman, avec mon frère Giovanni, moi, ma soeur Marisa, et toutes leurs familles
Mamma con mio fratello Giovanni, mia sorella Marisa, e tutte le loro famiglie


 

 

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