980 kilómetros de Bangui
Aquí estoy, después de un corto tiempo de silencio, provocado por la falta de conexión a internet durante estos días.
Mi regreso a la República Centroafricana tuvo algunos imprevistos: al llegar al aeropuerto de Milán, ¡me di cuenta de que mi billete era para el día anterior! Gracias al padre Davide y a nuestra agencia de viajes BBC, conseguí salir y llegar a Bangui el 24 de julio. Unas horas más tarde, celebré la Misa con los niños (ya adultos), que estuvieron conmigo en el Seminario de Bouar entre 1992 y 2003.
El avión con destino a Bangassou, previsto para el día 25, se pospone al viernes 26. Finalmente llegué a Bangassou, pero el programa preveía confirmaciones en Bakouma y no pude ir allí.
Mons. Aguirre y yo salimos el miércoles alrededor de las 9 de la mañana hacia Rafai, 150 km al este. Entre puentes rotos y ferries llegamos al río Chinko a las 16:30 horas. Y, al otro lado, vemos a cientos de personas saludándonos y gritando: son los cristianos de la Parroquia los que esperan a los Obispos.
Rafai es un pueblo pequeño, con una Misión muy bien seguida por los Frailes Menores. Aquí encontramos al P. Jérôme, polaco, y el P. Maxime, centroafricano.
El jueves nos separamos: Mons. Aguirre parte hacia Selin, a 15 km, para las Confirmaciones, mientras que yo salgo hacia Dembia, a 70 km al este de Bangassou. El camino es malo y tardamos casi 3 horas en llegar. Estamos aquí a 980 km de Bangui, y justo después del pueblo hay un río (probablemente demasiado ocupado) en el que ha estado atrapado un contenedor durante más de 2 semanas, la mitad en el agua.
Yo y el P. Jérôme trabajamos con los candidatos a la confirmación durante todo el día y dormimos aquí. Me dan una choza pequeña, con techo de paja, con un buen número de arañas grandes (pero el mosquitero de la cama me protege…).
El viernes a las 9, después de las confesiones, suena la campana (que aquí es un gran tambor de madera, llamado LINGA) que da inicio a la Misa: hay más de 60 confirmandos, y hay muy buena participación.
Regresamos a Rafai por la tarde, sobre las 15.00. Después de una ducha, estoy en la iglesia para el catecismo de los candidatos a la confirmación: son más de 150, muy atentos y preparados. El sábado es un día un poco más tranquilo, con catequesis por la mañana y confesiones por la tarde.
El domingo por la mañana celebramos juntos, Mons. Aguirre y yo. Aquí también hay gran participación, cantos, bailes y mucha oración. Al finalizar la Misa se realiza una segunda procesión con las donaciones para el nuevo Obispo. Entre otros, una oveja (siendo el obispo el pastor), y una silla, que en la antigüedad estaba reservada al jefe del pueblo.
El lunes por la mañana salimos sobre las 6:15 y llegamos a Bangassou a las 11:30. Y por la tarde iniciamos una semana de retiro espiritual para todos los sacerdotes de la diócesis, con el padre Cyriaque, del Carmelo de Bangui.
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