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viernes, 5 de noviembre de 2021

Lejos de todo, pero Dios está cerca

 

 


 


Lejos de todo, pero Dios está cerca

Una vez vuelto el jueves de Bangui, el viernes 29 de octubre marché para los poblados más lejanos, a más de 80 kilómetros, donde he estado cuatro días, hasta el lunes.

Es una zona con pocas carreteras, muy malas. Algún día antes un grupo de rebeldes había asustado a la gente, robando y saqueando lo que podían. Gracias a Dios, cuando fui allí, no los encontré. Pero es tanto el miedo de la gente que el sábado, volviendo a pie del poblado de Sinaforo, vi a lo lejos a dos personas con un saco en la cabeza. Después de algunos segundos, desparecieron. Avanzando, vi un saco tirado por tierra, abandonado por los dos, que veo que escapan a la sabana, poco lejos. Intento tranquilizarlos, diciendo que no somos ni rebeldes ni militares…

El viernes por la tarde llegué a Yoro, un poblado bastante grande. Aquí pasé las dos primeras noches. El sábado lo dediqué al poblado de Sinaforo, a 7 kilómetros. La carretera es más bien un sendero y, con las lluvias, es impracticable para un coche. A la llegada encuentro a los niños que me acogen: es una fiesta cuando llega alguien. También están lejos de todo. Dios no abandona a ninguno de sus hijos.

Retorné a primeras horas de la tarde e Yoro, y dediqué el tiempo a hablar con la comunidad cristiana sobre la elección del catequista. A las 18 proyecté un  film, especialmente para los niños.

El domingo celebré en Yoro, con un bonito número de cristianos. Y por la tarde fui a Bayanga Didi, a 5 kilómetros. También aquí la carretera está en mal estado, y muchas veces agradezco a quien ha inventado un doble puente y reducido las distancias, que permiten al coche superar los puntos más difíciles.

Aquí estamos en buen sitio para la escuela materna. La maestra está en Baoro desde hace algunas semanas, para un periodo de estudio y aprendizaje. Los padres han limpiado la zona que queremos dedicar a los niños, y dentro de este mes de noviembre espero y cuento con comenzar las actividades.

El lunes por la mañana es la gran fiesta de Todos los Santos; una bonita lluvia bendice el poblado (y retrasa un poco la llegada de la gente). Y después de casi tres horas de confesiones, hacia las 11'30 comencé la celebración de la misa, en la que tengo la alegría de bautizar a cuatro recién nacidos: Roxilia, Augustin, Laurent e Channelle.

Retorné hacia las 14, llevando conmigo a una niña enferma, con su padre y su madre: desde hace meses no está bien, y es la única ocasión para poder que la vea un doctor.

Finalmente, llegué a Baoro poco antes de las 17.




Imprevisti della strada
Les imprévus de la route




Sinaforo


Yoro

Yoro


Fratello e sorella
Frère et Soeur

Battesimi a Bayanga Didi
Les baptèmes à Bayanga Didi





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