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viernes, 22 de marzo de 2019

¿Esperar o desesperar?







¿Esperar o desesperar?
Centro África continúa su camino. Pero ¿hacia dónde?
Hay momentos en que me lo pregunto.
Por una parte, está la voluntad de ver lo positivo, los pequeños pasos que permiten a muchos salir de la crisis, construir algo, los padres que se sacrifican por mandar a sus hijos a la escuela, las familias que se dedican a los demás, los jóvenes que intentan crecer, más allá de todo; la sonrisa de los niños, los cantos y las danzas de los adultos, que llenan con frecuencia las noches; las mujeres y los hombres que cultivan los campos y trabajan con dignidad...
El sábado 16 fui a Bocaranga para una reunión sobre un proyecto de Cáritas (reconstrucción de casas, reparación de carreteras, comunidades de ahora y crédito...). Por la tarde pasé a saludar a los alumnos catequistas, que con sus familias van a la escuela para aprender a dirigir las comunidades cristianas. Están aquí desde diciembre, y los cursos (Palabra de Dios, catequesis, teología, sacramentos, moral, familia, pero también cocina y carpintería) continuarán hasta mayo.
A la vuelta me paré en el poblado de Tolle. En la iglesita, recién restaurada, hay una estatua del Niño Jesús de Praga, que es el patrono de la comunidad.
A lo largo de la carretera vi a algunos Peuls, tribu nómada de ganaderos. Están volviendo lentamente, ayudados, desgraciadamente, por los rebeldes del movimiento 3R, uno de los movimientos que están discutiendo con el gobierno.
Por desgracia, el diálogo de Jartún, el mes pasado, no parece que se vaya a concretar en algo. El Estado ha formado un nuevo gobierno, pero el hecho de mantener la mayor parte de los viejos ministros ha desencadenado la ira de varios movimientos rebeldes: desde hace un par de semanas la carretera, la única, que permite la llegada de las mercancías a Centro África, está bloqueada en Zoukoumbo por los rebeldes...
Y el Estado, en lugar de tomarse en serio el bien común, se dedica más bien a asegurar el bienestar de quienes están en el poder.
Desde hace un par de meses, precisamente en los alrededores de Bozoum, una empresa china ha abierto al menos diecisiete minas en busca de oro: desvían el curso del río Ouham, y palas mecánicas y excavadoras limpian el fondo. Es impresionante ver el desastre que han causado: montañas de gravilla, hoyos llenos de agua, el curso del río arruinado, el agua contaminada (y probablemente usan mercurio para facilitar el descubrimiento del oro).
Solo entre la maquinaria y el carburante, he calculado un gasto diario de al menos 30.000 euros. ¿Y cuánto deben ganar para gastar tanto?
Las autoridades fingen no saber nada, y el oro sale hacia Camerún, todas las semanas. Y en la frontera (curiosamente) no hay ningún control. ¡Y en las cajas del Estado no entra nada!
¿Esperar o desesperar?
 



Peuls a Ngoutere

Tolle


cantieri dell'oro a Bozoum
les chaniters pour l'or à Bozoum






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