8 de marzo
Como un poco en todo el mundo. también en Centro África, por el 8 de
marzo. se han multiplicado las iniciativas para poner en evidencia la figura de
la mujer
Juan Pablo II escribía: La Iglesia desea dar gracias a la Santísima
Trinidad por el «misterio de la
mujer» y por cada mujer, por lo que constituye la medida eterna de su dignidad
femenina, por las «maravillas de Dios», que en la historia de la humanidad se
han cumplido en ella y por medio de ella. En definitiva, ¿no se ha obrado en
ella y por medio de ella lo más grande que existe en la historia del hombre
sobre la tierra, es decir, el acontecimiento de que Dios mismo se ha hecho
hombre?La Iglesia, por consiguiente, da gracias por todas las mujeres y por cada una: por las madres, las hermanas, las esposas; por las mujeres consagradas a Dios en la virginidad; por las mujeres dedicadas a tantos y tantos seres humanos que esperan el amor gratuito de otra persona; por las mujeres que velan por el ser humano en la familia, la cual es el signo fundamental de la comunidad humana; por las mujeres que trabajan profesionalmente, mujeres cargadas a veces con una gran responsabilidad social; por las mujeres «perfectas» y por las mujeres «débiles». Por todas ellas, tal como salieron del corazón de Dios en toda la belleza y riqueza de su femineidad, tal como han sido abrazadas por su amor eterno; tal como, junto con los hombres, peregrinan en esta tierra que es «la patria» de la familia humana, que a veces se transforma en «un valle de lágrimas». Tal como asumen, juntamente con el hombre, la responsabilidad común por el destino de la humanidad, en las necesidades de cada día y según aquel destino definitivo que los seres humanos tienen en Dios mismo, en el seno de la Trinidad inefable.
La Iglesia expresa su
agradecimiento por todas las
manifestaciones del «genio» femenino aparecidas a lo largo de la
historia, en medio de los pueblos y de las naciones; da gracias por todos los
carismas que el Espíritu Santo otorga a las mujeres en la historia del Pueblo
de Dios, por todas las victorias que debe a su fe, esperanza y caridad;
manifiesta su gratitud por todos los
frutos de santidad femenina.
En Centro África la vida de las mujeres no es fácil. Es ella quien, con
frecuencia, lleva gran parte del peso de la vida, de la familia, del futuro.
Aunque no le restan espacios y posibilidades.
Con las chicas de nuestro Liceo San Agustín, desde hace ya algunos
años, el 8 de marzo se ha convertido, además de un momento de fiesta, un
espacio de reflexión (para ellos y los chicos), y de expresión (danzas,
skecths, juegos...), gracias a la ayuda de los profesores y, en particular, de
sor Anita, la vicepresidenta.
Y desde la otra parte del mundo, desde Cuneo, también llega una bonita
iniciativa: una empresa de viveros para flores( Roagna Garden) y el bar Baramò
ofrecen una prímula, cuya recaudación se destina a las bolsas de estudio para
las chicas "mejores alumnas", a fin de año.
Y el 8 de marzo es la fiesta de la madre de Donald: tiene diez hijos,
de los que siete ya son adultos e independientes. Es ella la que se preocupa de
construir la casa para los hijos que están con ella, a fin de darles su
autonomía y futuro. Me lo dice ella y me ha impresionado por tanto amor y
empuje.

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