después de Bozoum, en vivo desde Bangassou: Viaje a la India 1

Mumbai airport

Viaje a la India 1

Me encuentro en la India desde hace unos días, y aún estaré por unos días más, para dos cosas importantes a las que me comprometí: en esta primera semana, para una reunión de los superiores de nuestra Orden Carmelita, en Goa; la semana próxima para visitar a nuestras hermanas CMC (Congregación de la Madre del Carmelo), con las que colaboramos en Centro África y en Arenzano, en Italia.

Salí el jueves a mediodía de Bozoum, y nos hemos vuelto a encontrar (Pablo, José y yo), con los amigos checos (Ludmila, Veronika y Jiri) en Baoro, donde pasamos la noche. El viernes por la mañana, pronto, salimos para Bangui, y a principios de la tarde dejé a Pablo y José, que volvían a Italia, después de tres semanas de buen trabajo.

Yo salí el sábado a mediodía de Bangui. Después de una escala en Entebbe, llegué después de cinco horas a Nairobi, de donde salí el domingo por la mañana. A primeras horas de la tarde estaba en el bonito aeropuerto de Mumbai, y a las 11 de noche aterrizaba en Goa, en la costa occidental de la India, hacia el Sur.

Goa era la capital de la India portuguesa: muchos nombres y apellidos se conservan en lengua portuguesa; también hay muchas personas que hablan el portugués. Los portugueses han dejado asimismo bonitos testimonios de fe, con iglesias barrocas muy interesantes.

Me encuentro aquí para una reunión extraordinaria de los Superiores de diversas provincias y circunscripciones de los Carmelitas Descalzos. Somos 65 padres, y representamos casi noventa países, desde Europa y África, de América del Norte y del Sur al Medio Oriente, y toda la India. Es un bello mosaico de lenguas y personas, que expresa de forma concreta la riqueza, la belleza, la unidad y la diversidad de la Iglesia y de nuestra Orden (que precisamente en estos días, aquí en Goa, celebra los 400 años de la llegada de los primeros padre carmelitas).

Es un momento de oración, de reflexión y de debate, que nos lleva a trabajar sobre el futuro de la Orden, y a escuchar lo que el Espíritu sugiere.

El horario es muy intenso, pero no faltan momentos de convivencia fraterna y de alegría.

Ayer por la mañana, viernes, celebramos en el lugar de la primera iglesia de los Carmelitas. Alrededor de las ruinas y de lo que queda (a causa del clima, pero también de las diversas supresiones de las órdenes religiosas que llegaron incluso a estas tierras, en 1800) nos encontramos con muchos padres de las siete provincias indias, y con 150 jóvenes religiosos (el continente indio, él solo, tiene casi 900 sacerdotes carmelitas).
El resto del día fue una pausa entre los trabajos que estábamos siguiendo. Por la mañana visitamos un templo hindú (en Mangeshi), donde entramos descalzos: es impresionante cómo se respira una intensa espiritualidad en todo el país.

A continuación pasamos a visitar un convento, y luego comimos en la orilla del mar. El océano Índico es el que baña la India y el que nos invita. Y yo aproveché para dar un buen baño.
A mediodía visitamos a las monjas carmelitas descalzas de Chicalim, que nos abrieron las puertas de su monasterio. Una acogida muy calurosa (encontré incluso el cartel "Nzongi Gango" –Bienvenidos– en sango, la lengua de Centro África.

Por la tarde llegamos a nuestro convento de Margao, donde después de la celebración de las vísperas, cenamos (acompañados de estupendas danzas).