Una semana normal
Y finalmente, después de la Feria
y los viajes, disfruto de una semana tranquila.
El domingo 24 de febrero, al fin de la misa
solemne, unos cincuenta jóvenes, chicos y chicas, pronunciaron su promesa
Scout. Fue un momento bonito de fiesta, pero especialmente de compromiso. Rogamos con ellos para que sean
fuertes en la vida.
Después de la mis, estuve con
ellos, en la plaza, a pleno sol. Estamos
en la estación seca, y el clima es muy seco y muy caluroso.
Pero el domingo por la noche hay un bonita
sorpresa: llueve. Es algo bastante raro, en febrero. La última vez que llovió
fue a finales de octubre, y normalmente la estación de las lluvias no comienza
antes de abril o mayo.
Llovió mucho durante una parte de
la noche, y durante toda la mañana, refrescando la ciudad, y quitando un poco
del polvo de la atmósfera.
Naturalmente… el lunes tenía programado abrir
nuestra iglesia, para cambiar las chapas, y debíamos haberlo pospuesto para al
día siguiente. Las antiguas chapas (de hierro galvanizado, muy pesadas y
oxidadas) serán sustituidas por las nuevas, más ligeras, de aluminio.
El trabajo continúa, y la vida camina
adelante.
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