Y después de las hermosas carreteras, los vuelos hacia y desde Bangui
Hoy es el día de todos los santos: una hermosa fiesta, que nos ayuda no sólo a recordar a todos los santos, conocidos y desconocidos, sino también a recordar quiénes somos y qué estamos llamados a ser. El himno de alabanza, en francés, contiene estas hermosas palabras: “Hoy el universo se viste su manto de gloria”.
El miércoles pasado regresé de Zemio y al día siguiente partí hacia Bangui, en avión. El camino a Bangui es muy, muy malo y lleva varios días.
Actualmente, la ONU cuenta con un servicio aéreo en el país. Un servicio reservado a los humanitarios, y es de pago. Un viaje de ida y vuelta Bangassou – Bangui es muy caro (alrededor de 500 euros). Pero en algunos casos, ¡es la única forma de viajar!
El vuelo, si es directo, dura una hora y veinte minutos. Pero el avión suele hacer escalas en varias ciudades para optimizar costes y cargar y descargar más pasajeros y carga. En el viaje de ida el vuelo fue directo, pero al regreso hizo escala en Bambari y Bria, antes de aterrizar en Bangassou.
El tiempo pasado en Bangui siempre es corto: algunas compras, algunas carreras, pero sobre todo muchas reuniones y visitas.
Así pude visitar a nuestros seminaristas de Bangassou, que después del Tercero deben viajar a Bangui a los seminarios interdiocesanos: son 33 jóvenes, entre bachillerato, propedéutica y teología.
El lunes por la mañana regresé a Bangassou y ayer, 31 de noviembre, pude recibir a Mons. Aguirre, que ha regresado de España, acompañado de su hermano Javier, su sobrino Pablo y Alfredo, electricista voluntario.
¡Y aquí vamos de nuevo!
L'arrivo di Mons Aguirre a Bangassou L'arrivée de Mgr Aguirre à Bangassou |
No hay comentarios:
Publicar un comentario