Regreso al país
Estoy en el aeropuerto de Addis-Abeba, esperando el avión con destino a Bangui, de la República Centroafricana.
Salí de Cuneo ayer por la mañana, después de celebrar la Misa con los sacerdotes ancianos de la diócesis, luego tomé el tren que me dejó en Roma ayer por la tarde. Después del vuelo nocturno de 6 horas, partiré hacia Bangui, donde llegaré en 3 horas, en torno a las 12. Y mañana, si todo va bien, salida hacia Bangassou.
Vuelvo a Bangassou, después de estar casi un mes en Italia: primero la formación de los obispos, luego varios encuentros, entre Cuneo, Arenzano y Milán.
Ha sido la oportunidad de conocer a mucha gente, de hablar de la República Centroafricana y de Bangassou, de las esperanzas y los sueños que África tiene y conserva, como un gran nido. Siempre encuentro mucha acogida y sensibilidad.
En un mundo como el de hoy, tan tenso y con pocas esperanzas, la Misión es uno de los lugares más bellos donde el Amor de Dios se encarna y hace florecer el desierto.
¡Y si el desierto prospera, el resto del mundo también prosperará!
Cuneo, Cuore Immacolato |
Roma, Colosseo |
Addis Abeba |
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