Pascua y ambiente pascual
Mientras en Europa y en otros países del
hemisferio Norte, Pascua coincide con la primavera, aquí en Centro África
durante la Semana Santa caen las primeras lluvias. Después de algunos meses
desde las últimas lluvias (caídas en noviembre), después de semanas de un calor
muy intenso, llega finalmente la lluvia. Fuerte viento, truenos y rayos y luego
agua.
En muy pocos días el paisaje se transforma: de
seco y árido, aparece la hierba que empieza a despuntar, y pinta de verde el
paisaje. Es un espectáculo ver cómo poca agua puede causar tanta belleza.
Además de la hierba y las flores, aparecen... las termitas. Estos insectos
salen (a millones) de sus nidos de la
tierra, y entonces los niños (y no solo ellos), comienzan a cazarlos: con unos
siete y un poco de agua (para lavarles las alas), los preparan y recogen para
comérselos después. Son un plato rico en proteínas.
Pero en estos días de la Semana Santa, de la
Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, nuestras miradas se dirigen a lo que la
liturgias nos propone.
El domingo de Ramos, comenzamos la celebración
con la procesión: un poco de desorden y mucha alegría: no es difícil imaginar
lo que sucedió hace 2000 años en Jerusalén, al recibir a Jesús.
El lunes los niños y adultos que recibirán la primera comunión se confiesan. Es
la ocasión para presentar este hermoso sacramento del perdón de Dios también a
los catecúmenos, que el sábado por la noche recibirán el bautismo. Con ellos el
martes por la tarde pasamos un poco de tiempo en oración y reflexión, para
ayudarles a prepararse al gran don que van a recibir.
El miércoles por la mañana marché para Bouar,
pasando por Bossemptélé y Baoro. Por la tarde me reuní con unos treinta sacerdotes
de la diócesis de Bouar, y celebramos juntos las vísperas en la capilla de las
clarisas. Fue una ocasión especial, porque mañana por la mañana, Jueves Santo,
celebraremos la misa crismal, en la que el obispo consagra los óleos (óleo de
los enfermos, el de los catecúmenos y el crisma) y los sacerdotes renuevan sus
promesas. Nuestros obispo está ahora en Italia, por problemas de salud y de
edad, y fue el obispo de Berberati el que presidió la ceremonia.
Es bonito ver a sacerdotes que desde hacía
años (algunos desde hace casi sesenta años), viven y trabajan, con sencillez y
alegría aquí en Centro África.
Inmediatamente después de la misa del jueves
por mañana salí para Bozoum, donde llegué hacia las 14 horas, y a las 16
comenzamos la celebración que recuerda la Última Cena, en la que Jesús
"instituyó" la Eucaristía, y lavó los pies de los apóstoles.
Hoy es el gran Viernes Santo, en el que
celebramos la Pasión y Muerte de Jesús.
Estos días sagrados nos ayudan a recordar el
extraordinario amor de Dios por nosotros. Mañana por la tarde cataremos:
"Oh inmensidad de tu amor para con nosotros: para rescatar al esclavo,
sacrificaste a tu Hijo".
Es verdad, desgraciadamente, que muchas veces
conocemos la muerte, la enfermedad y las dificultades. Y aquí en Centro África
no menos que en otras partes. Pero es cierto, gracias a Dios, y gracias a la
muerte y resurrección de Jesús, que siempre hay un esperanza más allá de lo
peor.
¡Feliz Pascua!
domenica delle Palme dimanche des Rameaux |
a caccia di termiti à la chasse des termites |
le rondini les hirondelles |
Marta, infermiera e ostetrica, prepara le croci per i Battesimi Marta, infirmière et sage-femme, prepare les croix pour les Baptèmes |
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