Entre una lluvia y otra...
El viernes 15 de agosto celebramos la fiesta de la Asunción. Como es tradición,
se marcha a pie a Doussa, un poblado a casi 5 kilómetros de
Bozoum, donde celebramos la eucaristía. Había mucha gente que había ido a pie.
El tiempo es hermoso, aunque ha llovido casi durante toda la noche.
Entre la gente de Bozoum y la de los poblados vecinos rezamos por la
parroquia y por todo el país, siempre al borde del abismo. Pero rezamos también
por el mundo, tan amenazado en estos tiempos de la locura de la guerra.
Por otra parte, por la mañana hay un feo accidente. Un coche de una ONG
que está trabajando pata la reconstrucción de las casas, es bloqueado junto a
Bombalou, a 45 kilómetros
en la carretera de Bangui. Los "bandidos" son de los antibalaka, que
amenazan matar al conductor (musulmán), y luego se "contentan" con
robarle el dinero (unos 150 euros).
No sé qué hacer, el domingo por la tarde me pongo en camino para llegar
a ese poblado. Tardo más de una hora para hacer los 45 kilómetros y, cuando
llego, encuentro a algunos jefes del poblado y a la gente. Marcho decidido...
intentando ponerles frente a las consecuencias de lo que ha sucedido. Un ataque
así puede bloquear todos los esfuerzos de reconstrucción y de las ayudas de la
ONG.
La reacción es buena. Me dan las gracias y me dicen que el día después tendrán
una reunión con los autores del delito. ¿Quiénes han estado allí? Me responden
que han agredido al conductor porque habría colaborado en la defensa de los
musulmanes. Aprovecho para invitarles a que reflexionen, a intentar que pasen
página y construyan una paz y una convivencia basadas en el respeto y el
perdón. Al marcharme, les invito a que tengan un gesto concreto: o a entregar
las armas o, al menos, una parte del dinero robado.
Un par de días después, tres personas de este poblado vienen a Bozoum,
y me traen una carta de excusa y 50.000 francos (75 euros, la mitad de lo que
había sido robado). Un gesto hermoso y esperamos que sirva para acabar con la
violencia y las amenazas.
En estos días sigue el trabajo de barrenar el terreno para los nuevos
pozos. Con estos, hay cinco en la zona de Bozoum, tres en Baoro y uno en
Bangui. Gracias a SIRIRI por el de la escuela de Bozoum y gracias a la señora
Ángela por todos los demás. Aquí hay un pequeño vídeo, con los bailes de la
gente, en Marsaka, feliz por el pozo que están excavando.
Tenemos también la visita de los novicios, que se encuentran aquí con
su maestro, el P. Voytech. Tres cameruneses y un centroafricano que, dentro de
algunas semanas, terminarán el noviciado con la primera profesión,
consagrándose a Dios en el Carmelo.
Con la ayuda de algunas
voluntarias (Eleonora de San Posidonio, Marta y Alejandra de Savona), algunos
chicos han comenzado a aprender el oficio de zapatero, desde la A a la Z: la A
es el curtido de las píeles, la Z son las sandalias y otros objetos que están
haciendo.
Y también estos son pasos adelante...
Pestando le corteccie per conciare le pelli en écrasant l'éorce de certains arbres pour traiter des peaux, pour faire les chaussures |
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