Sábado.
Muy poco silencio para mi gusto. Está bien que haya unos cien niños de Acción
Católica (que se llama Aita Kwe, que significa: todos hermanos), ¡pero falta
algo: los alumnos de nuestras escuelas! Entre asilo, escuela elemental,
escuelas medias, liceo, alfabetización y centro de promoción femenina, son más
de 1.300 alumnos los que todos los días vienen a la misión.
Entre
el sábado y el domingo pasados hemos tenido las clausuras del año escolar, con
poesías, cantos y la entrega de notas. Había una atmósfera especial este año,
porque todos somos un poco conscientes de que nuestras escuelas se encuentran
entre las rarísimas que han continuado funcionando a pesar de la guerra... Y en
especial existía la satisfacción y el orgullo visibles en los rostros de los
niños y de sus padres.
Extraño
silencio. Falta alguna otra cosa. ¡Las Hermanas! Han marchado esta semana a
Italia, para un breve período de descanso. Y como siempre... pasa ¡¡¡cuando
algo falta que se echa de menos su presencia!!! En el sentido de que uno sabe
el valor de la presencia que, como el de las Hermanas, siempre es muy discreto,
pero muy concreto.
Sor
Sira, con sus enfermos en el dispensario, la cocina y su carácter un poco
brusco de la montaña, capaz de una atención infinita.
Sor
Graciana, con sus pobres, los enfermos en los barrios, los visitas infinitas a
pie para curar unas veces a uno, otras a otro; y sus idas a nuestro huerto...
para ver si hay algo que se pueda coger...
Sor
Solange, con los niños del Centro de Huérfanos, y su indefectible mate (es
uruguaya).
Sor
Clara, con los niños y las chicas, a menudo con las cocineras del Centro de
Huérfanos, o con los animadores. Desde fines de marzo está en Italia con la
novicia, sor Rosalía...
Extraño
silencio. El que me envuelve el jueves después de comer, cuando me llaman de
Italia y me dicen que ha muerto Giorgio Grandicelli. Un enfermero de Génova,
que comenzó viniendo aquí hace años (creo que fue en 2006), a prestar su
trabajo como enfermero, pero no solo... Paciencia infinita con las llagas, que aquí tienden a no curarse nunca.
Disponibilidad con todos, especialmente con los niños.
¡Bajo
estos "disfraces" se encontraba con frecuencia la ironía y el buen
humor, y también un poco de enfado protestón de un buen genovés...
En
cuanto he comunicado que había muerto, muchísimos han reaccionado como si les
hubiera faltado un pariente, una persona queridísima...
El año
pasado se le había diagnosticado un tumor en los pulmones. Intervención y
quimioterapía, pero después de dos semanas ya estaba aquí en su Bozoum...
Habría tenido que volver conmigo hace unos meses, pero su enfermedad había
seguido su curso. Hasta el final soñaba con volver a África.
¡Adiós,
Giorgio! ¡Vete en paz!
Extraños
rumores. En estas semanas parecía que la situación estaba volviendo un poco una
cierta normalidad. Pero ¡estamos muy lejos de ello!
En
estos días he estado en Bouar y después en Bangu: 1.200 kilómetros
de tensión, pasando de una barricada a otra, con rebeldes que hacen lo que
quieren, sin ningún control y sin ninguna autoridad.
Ayer,
viernes 28, han vuelto a disparar en Bangui, la capital, con hurtos, violencias
y al menos seis muertos. ¿Acabará alguna vez esta historia?
El
domingo pasado los obispos de Centro África publicaron una carta muy
interesente sobre la situación del País. Han escrito otra también para el
presidente... Las podéis encontrar aquí:
El tema es: DU JAMAIS VU! ¡Lo jamás
visto!
Esperamos que entre los extraños silencios y los
rumores de guerra, ¡la Paz pueda volver!

