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viernes, 22 de septiembre de 2017

Y son 25 (más uno)




Y son 25 (más uno)
Precisamente hoy, el 22 de septiembre de 1992, llegaba yo a Centro África hace ya 25 años. Ya había estado en Bozoum durante un año de estancia en 1982-83, pero en 1992 estaba ya de verdad y durante mucho tiempo. No me parece que fuera verdad, y solo puedo dar las gracias a Dios, a la gente, a mi familia carmelita y a mi familia, por todo lo que he recibido en estos años. Veinticinco años son un soplo, y han pasado muy veloces. Veremos a ver los próximos.
El sábado 16 estaba aún en Bouar con nuestras comunidades de formación. Por la mañana, durante las Laudes, siete jóvenes recibieron el hábito y, des este modo, han comenzado su año de noviciado. Un poco después, tres jóvenes terminaron su año de noviciado, emitiendo sus votos: prometieron a Dios vivir en pobreza, castidad y obediencia.
Septiembre, aquí en Centro África, es el período de volver a tomar las actividades pastorales y educativas.
El domingo 17 los veinte movimientos de la parroquia estaban presentes para la misa de las 8'30, en la que comenzamos las actividades pastorales. En estos días se vuelve a la catequesis: alrededor de 3000 niños, jóvenes y adultos de preparan así para recibir el bautismo, durante un tiempo de cuatro años.
El lunes fue el día de la apertura de las escuelas, por todo el país. Y finalmente, después de par de meses de vacaciones, los caminos, la plaza y las aulas de la misión se llenan de las voces de un centenar de niños, desde la escuela materna al Liceo, pasando por las elementales y otros cursos. Todos están contentos: los profesores, los padres y los niños: asimismo, entre los más pequeños incluso nadie llora.
El martes por la mañana me puse en camino y bajé a Bangui. Tuvimos  dos días de trabajo con Giovanni, arquitecto, que ha llegado para ayudarnos a ver de nuevo el proyecto de construcción del Carmel de Bangui.
Vuelvo a ir a Bozoum el viernes por la mañana. Contento por el trabajo realizado, pero también preocupado porque justamente en estos días recibimos una carta en la que la MINUSCA (los Cascos Azules) acusa a la Iglesia católica de apoyar a las milicias antibalaka y de estar en contra de los musulmanes.
Precisamente cuando muchas misiones acogen y defienden a los musulmanes, los curan y los protegen.
Mientras algunos padres son amenazados por denunciar públicamente lo que está sucediendo (y por eso un capuchino  polaco fue maltratado durante cuatro horas)...
Mientras estábamos en reunión con los líderes religiosos (católicos, protestantes y musulmanes).
Me desagrada recibir estas cartas y ciertas acusaciones, precisamente de quien debería defender a los civiles, y ni siquiera han tenido el valor de ir a socorrer al padre torturado (han pasado a quince metros de distancia y no se han parado).
¡Ánimo!









Riunione a Bangui con p.Federico, p.Arland, p.Mesmin, p.Dieudonné e l'arch. Giovanni (a dx)


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