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viernes, 1 de junio de 2018

Vuelta a casa



Aeroporto di Parigi

Vuelta a casa
Salir es un algo común para mucha gente y, para un misionero, lo es de un modo particular.
Después de algunas semanas en Italia, estoy de vuelta en Bozoum.
El tiempo ha volado. Entre viajes, reuniones, encuentros, veladas (pero también cenas o café o capuchinos), pude encontrar a muchísimas personas, comunidades, parroquias, asociaciones, escuelas, universidades, TV y periódicos. Y siempre he descubierto con gran alegría y mucha simpatía para con Centro África, para la Misión y para Bozoum.
Marchas con el encargo recibido de muchas personas es un compromiso y un don importante. Un don porque existe mucha estima y afecto. Compromiso porque no llego a Bozoum solo, sino que he traído el apoyo de muchas personas que ayudan trabajando y rezando por Bozoum.
El martes por la mañana , 29 de mayo, el despertador sonó a las 2'30 de la noche: media hora después estaba en el coche con Pablo, que me acompañaba. Pasamos a recoger a Marisa, mi hermana, y a las 3'10 salimos de Cuneo, bajo la lluvia, hacia Turín. A las 4'30 estábamos en el aeropuerto y , después de haber embarcado el equipaje, era el momento (nunca fácil) de los saludos.
A las 6'5 salí para París, donde a las 10'10, seguí para Bangui. El vuelo (por fin) fue puntual y llegué, junto con Mario Mazzali (irremplazable manitas de nuestras misiones) a Bangui poco antes de las 16 (hora local, las 17 en Italia). Recuperamos todo el equipaje (otro milagro) y nos dispusimos a llegar a nuestro convento del Carmel, donde encontramos la comunidad.
Celebré la misa hacia las 19. El evangelio del día fue otro regalo: "En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ya ahora, en este tiempo, cien veces más en casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones, y en la vida futura, vida eterna (Mc 10, 29-31).
El miércoles por la mañana marché pronto (a las 4'30, porque había olvidado cambiar la hora), pero encontramos cerrada la barrera el kilómetro 12 (salida de Bangui), quizá debido a la tensión de las semanas pasadas. Hacia las 5'30 la abrieron y marchamos y alrededor de las 12 llegamos a Bozoum, acogido por la gente y por los PP. Norberto y Mateo, y por las hermanas Anita y Ana María.
El 31 de mayo fue la fiesta de la Visitación de María a Isabel. Cerramos el mes de mayo con una misa en la colina de Talo, desde donde una imagen de la Virgen vigila y protege la ciudad.
Bienvenido a Bozoum.



La veranda di Bozoum






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