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jueves, 15 de febrero de 2018

Un nuevo obispo!!






Un nuevo obispo
El sábado por la mañana, 10 de febrero, la plaza de la iglesia de Bozoum, ya estaba llena desde las 5'00 de la mañana. Camiones y coches ya estaban dispuestos, y a las 5'15 salimos para Bouar, con una delegación de 110 personas, para participar en la consagración del nuevo obispo de Bouar, Mirek Gucwa.
Yo llegué un poco antes que el convoy, también para organizar la acogida de todos los participantes. La diócesis de Bouar comprende 12 parroquias, y por cada una delegación de 50 personas será acogida por varias comunidades de la ciudad de Bouar. Se respira Iglesia.
La ordenación del obispo es un acontecimiento excepcional. Creada en 1978, la diócesis de Bouar, había tenido durante casi cuarenta años un solo obispo, Mons. Armando Gianni. Con ocasión de este acontecimiento el Nuncio Apostólico y todos los obispos del país, estuvieron presentes junto con el obispo de Tarnow (Polonia) de la que proviene el sacerdote Morek (y son también compañeros de seminario y de ordenación sacerdotal), y también dos obispos de Camerún.
A las 9 del sábado por la mañana hubo un encuentro entre algunos obispos y los cristianos llegados con esta ocasión de toda la diócesis: casi tres horas de presentación del papel y del trabajo del obispo, tenidas por el cardenal Nzapalainga de Bangui, y por los obispos de Mbaiki, Bangassou, Alindao... Entre intervenciones, cantos y simpatía, pasó el tiempo velozmente.
El domingo fue un día grande. Todo estaba organizado a la perfección. Y a las 8'30 comenzó la misa: doce obispos, un centenar de sacerdotes, y alrededor de 3.000 files llenaron la gran catedral. Después de una brillante homilía del cardenal (en francés y en sango), se pasó al rito verdadero y propio: los obispos presentes, después de haber invocado al Espíritu Santo, rezaron e impusieron las manos sobre Mirek, mientras dos diáconos tenían en alto sobre sus cabezas el Evangelio. Y Mirek se convirtió el obispo Mirek. Inmediatamente después recibió las señales de este Ministerio: la mitra, la pastoral y el anillo.
Tras un rico ofertorio, y con la consagración y la comunión, siguieron los discursos del nuevo obispo. Es bonito oír (tanto por parte del cardenal como del nuevo obispo) que la diócesis de Bouar es rica en caridad y en obras (escuelas, hospitales, agricultura), pero también de comunidades religiosas que se dedican con alegría y generosidad al servicio de los más pobres.
Y al final el nuevo obispo pasó bendiciendo a "su" pueblo, que lo acogió con gran alegría y emoción.
Por la tarde volví a Bozoum, junto a las Hermanas. Y el lunes y martes organizamos con las chicas y los chicos el liceo San Agustín un acontecimiento cultural de dos días: skecths, danzas, cantos, debates. Todo por la escuela no se limita a los aspectos meramente técnicos, sino que presenta "una educación" completa.
Y el miércoles fue el día de la Ceniza: comenzamos la Cuaresma en el monte Binon. Un camino largo de conversión y de profundización de nuestro amor a Dios.
















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