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viernes, 24 de julio de 2015

Semanas tranquilas






Semanas tranquilas
Tenía que haber ido una semana tranquila... pero no lo ha sido.
El domingo celebramos aquí, en la parroquia, la fiesta de la Virgen del Carmen, y unas veinte personas recibieron el Escapulario, una pequeña señal que indica la consagración a María y la protección de la Virgen.
El lunes comenzamos la formación de CRS (Cáritas de los Estados Unidos) para el proyecto de microfinanza.
El martes me llamaron las hermanas del hospital de Bossemptele; José, nuestro mecánico-chófer-factótum desde más de veinte años, está grave. Lo habían llevado ellas hacía casi dos semanas a ese hospital; pero, después de dos intervenciones, la situación había empeorado. Se trataba de un bloqueo intestinal, con adherencias y quizá alguna perforación, debidas a una apendicitis descuidada.
Estaba lloviendo, y por eso solo pude marchar hacia las 4 de la tarde. Llegué a Bossemptele, a 98 kilómetros, después de dos horas. Preparamos todo el día siguiente por la mañana; nos esperaban 300 kilómetros de carretera, y el enfermo estaba muy débil.
El miércoles despierta a las 4 y, entre una cosa y otra, conseguimos salir a las 5'25.
El viaje, a pesar de los 40 kilómetros de asfalto terrible, lleno de baches, está regular. A la entrada de Bangui por desgracia un camión, al pasar, nos rompió un cristal.
Alrededor de las 8 estábamos, finalmente, en el hospital, donde afortunadamente logramos encontrar al personal y un sitio para hospitalizarlo.
Mientras, me preparé para hacer algunas compras, crucé la delegación del Vaticano que ha venido a preparar la visita del Papa para un reconocimiento del lugar. El papa Francisco tendrá que venir a Bangui el día 29 de noviembre.
Rellené de gasolina el depósito del coche e intenté encontrar un cristal para sustituir al que nos rompió el camión (pero no se encuentra...), y hacia las 14 horas volví al Norte.
A las 17'30 estaba ya en Bossemptele, donde dejé a la hermana enfermera que nos había acompañado, y hacia las 19 horas llegaba a Baoro. Un poco cansado, después de 700 kilómetros de carretera...
El jueves por la mañana salí para Bouar. La carretera no está asfaltada, y cruzo el convoy de más de un centenar de camiones. Viajan escoltados (precisamente en esta semana ha habido ataques, robos y asesinatos en la carretera que va hacia el Camerún...) y el código de la carretera no está previsto entre los opcionales. A la vuelta encuentro un par de camiones derribados.
Encuentros, reuniones y visitas, y por la tarde-noche me encontraba en Yolé, cerca de Bouar.
El viernes por la mañana, antes de salir, pasé a visitar los campos y los animales de cría del seminario. Saludo con placer a mis "sobrinos": los terneros, que descienden de las primeras vacas que había comprado, comenzando la cría, gracias a la ayuda de la diócesis de Cuneo, en 1993.
El resto de la carretera es "normal" (hay incluso algunos puentes reparados por una ONG, ACTED), y finalmente, llegué a Baoro hacia las 12'30.
Y de este modo la "semana tranquila" se termina con 1.100 kilómetros de viajes.
Pero, por ahora, lo que cuenta es que José está curándose y está mejorando. Ayudémosle con la oración y el recuerdo.
 









camion in viaggio
un camion en route
lo stesso camion... rovesciato
le meme camion... renversé!