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sábado, 22 de febrero de 2014

Algunas centellas de esperanza.




Chrétiens et Musulmans ensemble, à Tatale
Cristiani e Musulmani insieme, a Tatale

l'école de BATA
La scuola di Bata



Bozoum comienza a retomar aliento, pero la tensión aún es alta. Hay pocos disparos en estos día, pero es preciso estar vigilantes. Todas las mañanas a las 8 hay una reunión (en la participan el sustituto del prefecto, el jefe de los militares de la MISCA, yo, la Cruz Roja, MSF, la UNCHR y OCHA, Justicia y Paz y Cáritas y un pastor evangélico) en la que se trata de la situación y de las soluciones que hay que adoptar.
En el resto del país, la situación permanece tensa: en Bangui ha habido días con muchos disparos, y en Bocaranga y Ngaundaye se teme la presencia de rebeldes del Chad de Baba Ladde. En nuestra parroquia de Baoro (donde se encuentran más de tres mil refugiados, entre cristianos y musulmanes), las personas comienzan a volver a casa, y mil peuls han tomado el camino para el Camerún.
La comida del PAM por fin ha llegado, y hemos comenzado a distribuirla a mil quinientas familias (cerca de seis mil personas), cuyas casas fueron quemadas. La mayor parte de la gente ha comenzado a reconstruir, y con frecuencia la vemos reparando el tejado o mientras tanto buscan la paja.
El sábado y domingo recibimos una visita, que por tres veces nos ha hecho felices: una vez, porque desde el mes de noviembre, aparte de alguna ONG, no habíamos recibido ninguna visita. Dos, porque dos padres de nuestra Provincia de Génova (el P. Marco y fray Claudio) han venido para darnos testimonio del afecto y comunión de nuestra familia religiosa. Y tres, porque el P. Emilio Martínez, vicario general de la Orden de Carmelitas Descalzos, ha venido a expresar la estima y la oración de miles de hermanos carmelitas, monjas de clausura y laicos carmelitas.
Su llegada y salida ha constituido una aventura, porque han llegado a Centro África desde el Camerún con un autobús, y han marchado de Bangui con disparos...
Continuamos con el asesoramiento de las escuelas de Bozoum y de los poblados, con dos proyectos financiados uno por el Gobierno de la República Checa y el otro por la UNICEF. En Bozoum, poco más del 50 % de los estudiantes han vuelto a la escuela. No es mucho, pero es algo.
El viernes, 21 de febrero, fui a dos poblados a 60 kilómetros, Bokpayen y Tatale, que acogen a más de setecientos peuls. Se trata de un caso más bien insólito, pero no es el único. Hemos tenido una reunión con los habitantes del poblado, y los hemos animado a que se empeñen en un camino de paz y convivencia. Un granito de esperanza en un país donde las tensiones entre las distintas comunidades continúan empeorando.


Distribution du matériel scolaire à Bockpayen
Distribuzione di quaderni e matite a Bockpayen


Réunion à Tatale

Chretiens et Mususlmans, réfugiés à la Paroisse de Baoro
Cristiani e musulmani rifugiati nella Parrocchia di Baoro

Pères et Soeur de Baoro au travail pour les réfugiés
Padri (Daniel e Dieudonné) e Suore al lavoro per i rifugiati



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