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viernes, 31 de enero de 2014

Fígaro aquí, Fígaro allá










En estos días he tenido la oportunidad de poder moverme un poco, para visitar las comunidades de dos ciudades de la zona:
Bocaranga, a 125 kilómetros el norte. Aquí la Seleka atacó el martes 21 de enero. Dispararon a las personas que estaban refugiadas en la Misión católica, y después robaron todo lo que pudieron a los Padres y a las Hermanas. Después de marcharse, los antibalaka completaron el trabajo saqueando las tiendas y quemando las casas de los musulmanes...
Bossemptélé, a 87 kilómetros al sur, tomada por los antibalaka que asesinaron a muchas personas y saquearon todo lo que pertenecía a los musulmanes y a los peuls.

Aquí, en Bozoum, en relación con el resto del país, la estuación es mejor: los antibalaka no entran en la ciudad con las armas y, aparte de un par de tiros al día, está bastante tranquilo.
El lunes, por la mañana, las escuelas públicas han reemprendido los cursos, y esta es una buena noticia.
El miércoles hemos recibido una visita de algunos funcionarios de las Naciones Unidas, e intentamos que se mueva la gente para comenzar la reconstrucción. Con ellos había también periodistas. Aquí el artículo del periodista Adrien Jaulmnes del periódico "Le Figaro".


Bozoum, enviado especial:
En los poblados, como en la pequeña ciudad de Bozoum, el P. Aurelio es una celebridad. Agitan la mano al pasar, y su coche es rápidamente rodeado cuando se para. En toda la región, su silueta es muy conocida. Delgado como un clavo, parece diez años más joven de sus cincuenta y dos años, una pequeña cruz de madera al cuello, una camisa azul, pantalones y sandalias rojas de arcilla, la barba recortada, el misionero italiano es acogido en todas partes como el hombre que da esperanza, anima y tranquiliza.

Aislado en esta ciudad a más de cuatrocientos kilómetros del suroeste de Bangui, armado solamente con un teléfono móvil, una energía rara y un ánimo físico y moral infalible, el P. Aurelio ha tenido durante meses una luca casi imposible.
Rechazando la inevitabilidad de la violencia, ha intentado para el terrible ciclo de abusos y represalias que ha comenzado en Centro África. O, como ´`el escribe, "para llevar un poco de humanidad y racionabilidad en la muchedumbre de la guerra civil".
El P. Aurelio no ha conseguido prevenir toda forma de violencia y destrucción. Pero a veces ha conseguido que entren en razón, y alguna vez ha contribuido a evitar lo peor. Dese hace meses ha luchado por poner en guarda de los peligros crecientes. Después, una vez que la máquina infernal se ha puesto en movimiento, ha intervenido para tratar de convencer a las dos partes a deponer las armas, recogiendo él mismo los machetes y fusiles, hablando con los asesinos, intentando aplacar los espíritus y mediando para evitar que se derrame sangre.

Llegado a Centro África en los primeros años del '90, el P. carmelita Aurelio Gazzera es responsable de la parroquia de San Miguel de Bozoum. La llegado de los rebeldes Seleka en la pequeña ciudad ha transformado su misión apostólica.
Llegados el 26 de marzo de 2013, una forma moderna y africana de los bandidos del Medioevo, se comportan en Bozoum como en el resto del país: ladrones violentos que roban, extorsionan, atracan, chantajean, tortura y asesinan. "Han hecho de todo", dice el P. Aurelio, que siempre intenta frenar sus abusos. "He ido a ver regularmente al coronel Yahya Mascar", ha dicho. "Al menos con él se podía razonar. Pero no siempre tenía autoridad sobre sus hombres".
El mismo Padre ha sufrido la brutalidad de las milicias. "Los Selena habían torturado a un joven durante diez días. Lo dejaron atado durante tanto tiempo que casi había perdido el uso de las manos. Fui a verlos y les dije que no tenían derecho de torturar a las personas. Me dijeron que eran soldados, y que hacían lo que querían. Uno de ellos se enfadó y me abofeteó. Me marché, pero parecía, sin embargo, que tenían un poco miedo de mi persona. En el fondo, son cobardes que la toman con los más débiles. Si os mantenéis inflexible, conseguís aplacarlos, al menos en parte".
En su blog, el P. Aurelio cuenta estos abusos y señala las tensiones y los problemas. Pretende alertar a la opinión pública internacional, a los medios y a los gobiernos del drama que comienza a devorar a Centro África.
"Hemos visto muy pronto que la brutalidad de la Seleka habría tenido consecuencias desastrosas, y creaba el odio entre las comunidades, decía el P. Aurelio. "Desde el mes de agosto, las personas exasperadas por la violencia, los robos y las torturas se han organizado en milicias antibalaka".
El fin del régimen de terror de la Seleka con la intervención de tropas francesas y de los estados colindantes comienza en el mes de diciembre. También en Bozoum como en el resto de la República Centroafricana, hay una nueva oleada de asesinatos y destrucciones.
Los papeles se han invertido inesperadamente. Los antibalaka, milicias de campesinos, armados de machetes y fusiles artesanales, atacan. Los musulmanes en la ciudad y los pastores peuls, asociados injustamente o con razón con los Seleka, y por eso odiados, se han convertido en víctimas de la violencia.
El culmen llegó al máximo el 10 de enero durante las dimisiones forzadas del presidente Djotodia, que remueve la fachada del poder de la ex Seleka en Bangui. Las bandas de la Seleka se desencadenan, como si quisieran dejar a sus espaldas solo ruinas y destrucciones.
Junto a ellos, aliados los peuls y los musulmanes devastan los poblados alrededor de la ciudad y aterrorizan a la población. "Han ocasionado más estupideces y maldades que por un fin preciso", dice el P. Aurelio. Al menos mil trecientas casas han sido quemadas. Los habitantes aterrorizados huyen a la selva o se refugian en la parroquia San Miguel de Bozoum.

El poblado de Boyele, al norte de la ciudad, ha sido completamente destruido por el incendio. Sentados en los escalones de sus pobre casas ennegrecidas por el fuego, los residentes están comenzando a recoger los pequeños objetos que han escapado a la destrucción. Algunos intentan poner una algo parecido a un tejado sobre los muros carbonizados.
La población de Boyele debe su salvación a la fuga. "La mañana del 10 de enero, hemos oído cañonazos", dijo un habitante del poblado", por eso escapamos a la selva. "La Seleka y los peuls llegaron y aplicaron fuego a las casas. Hemos visto el humo que subía al cielo. Cuando hemos vuelto por la tarde, todo estaba destruido. Hemos perdido todo: semillas, cosecha, muebles y casas".
En represalia, los antibalaka atacan a los musulmanes aislados y tienden emboscadas en las carreteras. Los musulmanes se refugian en Bozoum todavía en manos de los de la ex Seleka, pero ya están rodeados. "La situación era muy, muy complicada", dijo el P. Aurelio.
"Tenemos tres mil refugiados en la parroquia, alrededor de mi quinientos peuls refugiados junto a la mezquita, y cincuenta Seleka armados bloqueados en la ciudad, siempre potencialmente peligrosos".
El sacerdote intenta mediar. "Cuando desde el Chad me han llamado para pedirme que organice la evacuación de los civiles musulmanes, he respondido que habría aceptado con condición de que marchasen con toda la Seleka. He pasado dos días para convencerles de que se marchen. Hasta el último minuto, han intentado quedarse. He terminado por amenazarles con la MISCA (los militares de la fuerza multinacional de los país del África Central) para que fueran a poner mi coche en el puente sobre el río Ouham, para bloquearles la carretera, y les dije que para pasar tendrían que haberme disparado". El puente construido en 1943 por los prisioneros italianos en tiempos del África Ecuatorial Francesa es el único punto para atravesar el río hacia el norte, hacia las fronteras con el Chad, y el único camino de huida para los musulmanes y la Seleka.

La Seleka finalmente aceptó abandonar la ciudad. Pero el P. Aurelio inmediatamente se convierte en punto de mira de la comunidad mulsumana, muy enojada por la marcha de la Seleka, que representaba para ellos la protección. "Ha sido un momento de alta tensión", decía. "Un montón de musulmanes rodearon mi coche y comenzaron a tirar piedras, decía con desenvoltura. El parabrisas de su Toyota es un mosaico de fragmentos. "Sorprendentemente fui protegido por un musulmán y un Seleka (llamado 10/15), que era uno de los más duros".
En la Misión de San Miguel todos creen que el padre ha sido asesinado. "Cuando volví,  fue una explosión de alegría. La gente creyó que era un milagro. Pusieron telas en la carretera para saludarme, era como el Domingo de Ramos".
Nada más terminar el peligro de la Seleka, el P. Aurelio afronta la venganza por parte de la población, como loca después de meses de terror. Las víctimas se convierten con frecuencia en verdugos, y es ahora la ocasión para que los musulmanes paguen por los abusos de la Seleka.. "Los antibalaka se han convertido en el problema", dijo el P. Aurelio. "Muchos son delincuentes sin jerarquías, sin jefes, que están allí para destruir, asesinar y robar. Algunos toman como rehenes a los niños peuls para exigir rescates, destruyen sus propiedades y dispersan sus rebaños".
"Es difícil convencer a las personas a distinguir entre Seleka, musulmanes y peuls", decía el P. Aurelio. "Los musulmanes no han conseguido separarse netamente de la Seleka, y pagan ahora el precio".
Sin excusar a nadie, el padre no tiene dudas de las causas de la violencia.
"Los peuls, por ejemplo, son víctimas de sus propios errores. No han sido capaces de ver un poco más lejos. Se han aliado con la Seleka sin pensar en las consecuencias. He intentado advertirles que un día se iban a encontrar en una posición insostenible. No pudiendo mantenerse en los poblados, debieran haberse ido de la ciudad con los rebaños... Pero no escucharon".
Bajo la protección de la MISCA, presente con una pequeña sección de Camerún, dos mil quinientos musulmanes han sido obligados a vivir en una zona restringida de Bozoum. Sentados en sus equipajes y las pocas cosas que han podido coger de las casas saqueadas, estos refugiados es5tán en espera de abandonar el país. "Centro África ha acabado para nosotros", decía Djodo Mahamatom, delegado de los comerciantes de Bozoum, y coleccionista de oro y diamantes. "No podemos quedarnos en este país". Familias enteras de peuls, pastores semi-nómadas con la piel clara cocinan sus comida en pequeños fogones. Las mujeres visten ropa de colores, los cabellos trenzados, con joyas de plata, algunas disponen de espléndidos tatuajes en el rostro y en los brazos.
El P. Aurelio lleva todos los días para los refugiados sacos de arroz que él mismo ha comprado.
"¡El padre malo ha venido a traer cosas buenas!", les dijo el jefe del barrio, Saleh Ibrahim. "Bromas", dice Aurelio. "Así es como me han llamado cuando querían matarme". Entre estas personas hay quienes me lapidaron el otro día, "dice, saludando como si no hubiera musulmanes sentados en su fardos".
"Nuestro única ayuda es el señor Aurelio", ha dicho Saleh Ibrahim. "Hemos perdido todo, nuestras tiendas han sido saqueadas, han robado nuestros animales. No se puede salir de esta carretera. Basta ir pocos metros, después los soldados cameruneses y los antibalaka nos matan y se llevan nuestros hijos".
"Queremos abandonar reste país, pero no tenemos ni siquiera camiones para hacerlo", decía el viejo jefe, que ha vivido cuarenta y cinco años en Bozoum. "Soy viejo, pero los jóvenes deben encontrar un lugar seguro para su vida".
Saleh Ibrahim es una de los muchas víctimas musulmanas AUTO más que cómplices de los Seleka. "Es la llegada de los Seleka lo que destrozó Bozoum", dijo. "Antes de ellos, no había violencia entre nosotros y los cristianos. Nos han hecho mal".
Para el P. Aurelio, esta guerra civil no ha tenido nada de religiosa. "Pienso que deberemos evitar utilizar el término: no hay milicias cristianas y milicias musulmanas. Este es principalmente un problema político, étnico y cultural. No creo que la Seleka haya tenido un proyecto de islamización. Eran musulmanes y de lengua árabe, y han confiado en la comunidad musulmana, los comerciantes y los ganaderos peuls. Pero ahora el daño está hecho, y será difícil volver atrás".












viernes, 24 de enero de 2014

¡Adelante el próximo!





 
Después de haber expulsado a los rebeldes de la Seleka, ahora hay que plantar cara a los antibalaka. No pasa un día sin discusión o reunión con la gente y con los antibalaka, para intentar hacerles razonar y para que abandonen los actos de violencia, los hurtos y las intimidaciones. El Estado no existe, y es difícil tener a todos tranquilos.
Estoy muy preocupado por los musulmanes y por los peuls, que han tenido que dejar sus casas por las amenazas de los antibalaka. Han perdido casi todo a causa de los saqueos. Intentamos apoyarlos y animarlos, y seguimos reabasteciéndoles de agua y de arroz.
El camino de la paz es largo y difícil. Con frecuencia digo que es como un niño recién nacido, que necesita mucha atención.
Sábado 18 de enero de 2014
Jornada bastante tranquila. Reunión con la MISCA, OCHA, HCR y otras más. A las 9'30 reunión con los musulmanes, para ver si quieren marcharse o quedarse y si están preparados a entregar las armas...
A las 16'00, reunión con los antibalaka... no celebrada porque no han estado presentes.
Tiros de armas de fuego hacia las 21 horas (saqueadores).
 
Domingo 19 de enero de 2014
Hacia las 7'00 de la mañana voy al barrio árabe, donde están refugiados unos mil musulmanes para llevarles agua.
Vuelvo a pie para comprobar la situación. Después de la misa, bajo de nuevo a la ciudad para una reunión y, después de haber visto el mercado (finalmente abierto, después de un mes de estar cerrado), vuelvo al barrio árabe. Vuelvo otra vez hacia mediodía con agua y doy varias vueltas a su alrededor.
La situación está tensa: muchos antibalaka se han puesto un brazalete, como si quisieran quedarse en la ciudad por mucho tiempo. Pero ¿para hacer qué?
Hay también casos de rapiña y violencia. Estamos muy preocupados porque hay muchas armas por ahí, muy probablemente los antibalaka han conseguido recuperarlas y también los kalachnikovs…
 
Lunes 20 de enero de 2014
Jornada confusa. Mucho movimiento en la ciudad, muchos antibalaka vuelven a la ciudad con las armas... y tengo mucho trabajo para desarmarlos y para conseguir que se queden fuera. Muy temprano tenemos un reunión con ellos, pero no consiguen ponerse de acuerdo en el nombre y el número de los participantes...
Finalmente, hacia las 14 horas, nos reunimos juntos, escuchamos y preparamos los puntos que hay que respetar para que vuelva la paz a la ciudad...
Hacia las 15 horas, en plena reunión, llega la noticia de la elección de una mujer como Presidente de la República Centroafricana. Esta noticia es bien acogida.
Hacia las 20'30 hay bastantes disparos en la ciudad. Probablemente la MISCA dispara al aire para alejar a los ladrones y a los antibalaka.
 
Martes 21 de enero de 2014
Finalmente, un día sin demasiados problemas. Por la mañana llega el destacamento de soldados cameruneses de la MISCA.
Bozoum recibe también la visita de una delegación de la ONU: OCHA, PAM, UNICEF, HCR, etc.
Espero que puedan ser más incisivos y que reaccionen antes.
Por la tarde recibimos la noticia de la marcha de la Seleka de Bouar. El problema es que se dirigen hacia el Norte. Una vez que llegan a Bocaranga, ¡es el desastre!
Este es el testimonio de los misioneros de Bocaranga: muestra misión de Bocaranga está en manos de la Seleka, que abandonó Bouar ayer por la tarde para dirigirse al Chad. Disparan en todas direcciones con armas pesadas. Las noticias que hemos recibido del P. Cipriano es que han disparado, disparado y disparado como locos. Hay agujeros en las paredes del convento. Han robado todos los coches de los padres y de las hermanas, el dinero, el ordenador, teléfonos, máquinas fotográficas... todo lo que han querido. Ha sido horrible. Una mujer refugiada cerca de nosotros ha muerto, fray Néstor ha sido herido en un brazo. Me están informando de que la columna de estos asesinos se está dirigiendo hacia Ndim y Ngaoundaye. Habíamos avisado a los frailes que tomaran precauciones. En este momento los Seleka de Ngaoundaye están disparando.
Hacia la 21 horas, aquí en Bozoum, aún hay disparos. Después comprobamos que se trataba de disparos de la MISCA para intimidar a los antibalaka.
 
 Miércoles y jueves 22 y 23 de enero de 2014.


Prácticamente en estos dos días ha habido pocos disparos (menos de veinte). ¿Podría ser esto el principio de un período de tranquilidad?
Seguimos con los encuentros, la sensibilización de los antibalaka y de la población.
Visito más veces al día a los musulmanes y a los peuls que han quedado. Muchos han perdido casi todo a causa del saqueo de los días pasados. Hay casi dos mil quinientas personas, despavoridas y obligadas a vivir juntas en condiciones muy duras. Todos los días les llevo agua para beber, y alrededor de doscientos cincuenta kilos de arroz que compro a los campesinos (las raciones de los PAM se han acabado hace casi un mes...).
Con la OCHA y la UNHCR voy todos los días a visitar los poblados quemados por la Seleka. Vamos por los caminos de Bossangoa, Paoua-Bocaranga y de Bouar. Los antibalaka comienzan a volver a sus poblados, y las personas que han huido a la selva retornan a sus casas, con frecuencia quemadas (hemos contado al menos mil trescientas cincuenta y siete casas quemadas que apuntan a seis mil personas).
En algunos poblados las escuelas están abiertas, mientras que en Bozoum solo nuestras escuelas de la Misión tienen alumnos. Pero los otros vendrán.
Viernes 24 de enero de 2014
Noche tranquila. Hay ahora por ahí algunos antibalaka, que pretenden que los musulmanes se marchen todos...
Sin embargo, con obstinación, seguimos intentando calmar a la gente y hacer que vayan hacia adelante.
Hacia las 8'30 voy a 7 km, a Bata, donde hay una escuela bíblica para los pastores de la Iglesia Evangélica de los Hermanos. Llevo cuatrocientos cincuentas kilos de arroz: al ver el coche, un grupo de mujeres se ponen a cantar y danzar con alegría.
Sigo para encontrar a los antibalaka y continúo invitándoles a que vuelvan a casa y que estén tranquilos. Una vez que la Seleka se ha marchado, no tiene sentido su presencia en la ciudad... De cuando en cuando hay muchos poblados incendiados por la Seleka, y más de mil trescientas casas que reconstruir.
 




la riapertura del mercato
la reprise du marché


Il bambino ha 7 mesi!!!
l'enfant a 7 mois!!!

la scuola... a Badali 2
l'école... à Badali 2



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sábado, 18 de enero de 2014

Jornadas confusas





Sábado 11 de enero de 2014
Ayer algunos Seleka y muchos civiles marcharon en convoy para Bangui, pero los antibalaka (a los que los Seleka les habían quemado al menos setecientas casas el día anterior...) los atacaron. Hubo muertos y heridos, y decidí ir a ver qué pasaba. Por la mañana iré a ver al imán para presentarle mi intención de ir a recoger los muertos y heridos, pero también para ayudarle a reflexionar en la situación.
Salgo a las 14 horas con la Cruz Roja. La carretera es peligrosa, con una presencia constante de antibalaka... En Bokongo (14 km) la Seleka ha quemado setenta casas. A 20 km hay un puente quemado y pasamos por el lado, pero después paramos el coche, porque el eje de transmisión se había roto... Consigo hablar por teléfono con Joseph, nuestro mecánico, y en espera de su llegada marchamos a pie cinco kilómetros. Aquí, en el poblado de Boyabane, cuatro personas han sido asesinadas: los Seleka han llegado con uniformes de la policía, y han engañado a la gente diciendo que venían tranquilamente y, una vez que llegaron, dispararon y asesinaron...
Aquí hay doscientas casas quemadas, y nos dicen que hay otros poblados en la carretera (Bombalou, Boyala, Boyaram) donde hay al menos seiscientas casas quemadas. Por eso, en total, entre esta carretera y la otra hacia Paoua, el 8 y 9 de enero, la Seleka (bajo las órdenes del Director Adjunto (!!!) de la policía, el "general" Rakis Adoum) ha quemado más de mil trescientas casas y asesinado al menos a una docena de personas. Y hacer esto, en un contexto de tensión, ¡es un suicidio!
A la vuelta (después que Joseph había reparado el coche) subo al coche a tres heridos. Más adelante, en un poblado, hay muchas mujeres musulmanas: las personas del poblado las han protegido y las subo al coche a todas con sus hijos, y a las 18'30 llego a Bozoum.
 Domingo 12 de enero de 2014
Llega la noticia de que un convoy con camiones estará en la carretera desde Chad para buscar a los civiles que quieran salir de Bozoum.
Hacia las 13 horas la MISCA de Paoua me llama para pedirme que vaya por los antibalaka para evitar ataques.
Pensamos aprovecharnos de la ocasión para lograr que se marchen los Seleka después de haberlos desarmado. Esta solución permitiría calmar la situación, porque esperamos que los antibalaka, a pesar de todo (y sobre todo, a pesar de las tres mil casas quemadas) podrán aceptar el deponer las armas y volverse a sus poblados... El capitán de los Sangaris de Bossangoa es del mismo parecer.
Hacia las 15 horas marcho para ver al coronel Yahaya, herido y relajado. Está muy débil y le expongo la solución: deponer las armas y escoltarlos hacia Chad o hacia Bangui.
Hay una discusión muy animada con algunos de sus hombres, y al fin nos marchamos, esperando que reflexionen y que acepten esta posibilidad, que podría salvar sus vidas, las de los civiles musulmanes y la de los peuls y la ciudad de Bozoum.
Si no aceptan, los antibalaka continuarán luchando...
Después de esta reunión, nos acercamos a ver a dos responsables de la comunidad musulmana y les exponemos los hechos.
Lunes 13 de enero de 2014
Hoy tenía que salir un convoy, escoltado por la MISCA, fuerza multinacional africana, y por el ejército de Chad: el acuerdo era conseguir que se marcharan con los Seleka, después de haberlos desarmado, A las 13 horas me asalta una duda, y voy a ver y el convoy estaba preparado para salir, sin los Seleka, y no tendría ninguna protección en la ciudad...
Les he dicho que no era posible dejar una ciudad en mano de los Seleka, que se habrían vengado...
Volvemos atrás, al centro, e intentamos discutir. Pero muchos musulmanes eran contrarios a dejar marchar a los Seleka, y ha habido amenazas en contra mía, y han comenzado a tirar piedras al coche. Algunos llegaron con las armas... (pero algunos musulmanes también me defendieron...).
Finalmente, deciden dejar aquí militares de la FOMAC, y luego logro que se marche el convoy.
Me puse en carretera antes que ellos, hasta el kilómetro 20, para rogar a los antibalaka que no hicieran nada contra el convoy.
El convoy estaba compuesto por unos cincuenta camiones y coches y un centenar de motos...
Hacia las 15 horas, cuando aún estaba en la ciudad, puesto que para alejar a la muchedumbre, los militares han disparado al aire algunos tiros, se ha corrido la voz de que me habían matado...
Cuando después entré, hacia las 18'15... parecía la llegada del Mesías. Gritos y vestidos por el suelo delante del coche... una cosa que no podía imaginar...
Cuando logré que hubiera un poco de silencio, di las gracias y recé un avemaría por los que estaban de viaje, por quienes hacen el bien y por los que hacen el mal...
 Martes 14 de enero de 2014
Noche tranquila. La primera noche sin Seleka en Bozoum: han marchado todos con el convoy hacia Chad y Paoua; han sido desarmados por la MISCA.
La MISCA (Fuerza de los Países de África Central) ha patrullado la ciudad toda la noche, pero a las 13 horas se han marchado a Paoua y han dejado a la población sin protección... Esperamos que no haya problemas. Deberían volver mañana.
A las 8'30 nos ponemos en la carretera de Bossanga. Distintas casas han sido quemadas por la Seleka la semana pasada. Aquí no están los antibalaka, pero encontramos a personas que han hallado refugio en la escuela bíblica de la Iglesia Evangélica de los Hermanos. Pequeña reunión en la que les comunicamos la marcha de la Seleka, y la posibilidad de volver a casa entre de uno o dos días.
Llevo también doscientos cuarenta kilos de arroz para estos refugiados.
Después tomamos la carretera para Bangui y encontramos dos grandes grupos de antibalaka, a los que les comunicamos la marcha de la Seleka. Hemos fijado un encuentro para el miércoles por la tarde entre los antibalaka, MISCA y el Comité de mediación.
A las 16 horas tomo la carretera de Bocaranga - Paoua, y me encuentro con un centenar de antibalaka. Discutimos durante largo tiempo y nos volveremos a ver mañana por la mañana.
La finalidad de estos encuentros es la de explicar la marcha de la Seleka, calmarlos y convenceros de que vuelvan a sus poblados y que depongan las armas...
 Miércoles y jueves 15 y 16 de enero de 2014El miércoles por la mañana, después de una reunión del Comité de mediación con los antibalaka de la zona del norte de Bozoum, llega una misión OCHA (Oficina para la Coordinación de las Naciones Unidas) y el UNHCR (Alto Comisariado para los Refugiados), junto con periodistas de la BBC. Por la tarde vamos juntos al centro de Bangui para encontrarnos con los antibalaka. Vamos con el catequista Jerome, arrestado por la Seleka y librado el viernes pasado. Una larga reunión, en la que, como en otras ocasiones, intentamos difundir el mensaje de paz y de invitación a volver a la normalidad.
Pero no es claro: por la tarde, hacia las 20 horas, veo a antibalaka armados en la zona de la Misión, entre los refugiados. Desarmo a algunos... y les digo que no vayan a la ciudad con las armas.
El jueves por la mañana a las 6'00 celebramos una misa de acción de gracias por los refugiados de la Misión, que marchan inmediatamente a sus casas...
Hacia las 9 horas estamos en la carretera de Bossangoa, pero a la vuelta encontramos a antibalaka con las armas en la ciudad. Los invitamos a que salgan, pero como son solo once soldados de la MISCA no es fácil.
Por la tarde vemos saqueos y actos de violencia por parte de los antibalaka que echan la culpa sobre todo a la comunidad musulmana o a quienes tenían relaciones con la Seleka. Tenemos una reunión de emergencia, y decidimos establecer un alto el fuego desde las 20 horas a las 5... Después de la reunión voy a ver a los musulmanes, que tienen mucho miedo... e intentamos calmarlos.
Me voy a pie a casa, y a todas las personas con armas les interpelo: o vuelta atrás o dejar el arma.
Bajo a la ciudad después de las 20 horas, y la situación parece más tranquila.
Es claro que se desea una fuerza militar más significativa. La MISCA ha dejado solo once soldados aquí y no es suficiente para tener seguridad y comenzar el desarme (que es muy urgente).
Viernes 17 de enero de 2014Jornada confusa. Por la mañana temprano la situación parece bajo control. La MISCA ha sido reforzada con doce elementos y un carro blindado. Han puesto dos controles en el centro de la ciudad, y en un primer momento funciona. Las personas son controladas y desarmadas. Pero los militares roban también los gri-gri (amuletos) de los antibalaka, y esto provoca su rabia. Rápidamente la situación se agrava. Corro durante toda la mañana de acá para allá, quito las armas, aconsejo, etc. Hacia las 10 horas un gran grupo está intentando entrar en la ciudad, pero después de una larga discusión parece retirarse. Vuelvo a la Misión, pero este grupo ha tomado la carretera de la ciudad, han encontrado armas de fuego y comienzan a disparar contra la MISCA... La reacción ha sido rápida, con tiros disparados al aire...
A las 14'30 vuelvo a ver la situación, que parece más calmada. A las 15'30 tenemos un encuentro con los antibalaka. El encuentro parece funcionar. Expresamos nuestra preocupación por la situación, por la tensión, por los saqueos (al menos sesenta tiendas han sido saqueadas) y los actos de violencia (cinco al menos han sido heridos, uno bastante grave).
Escuchamos sus opiniones y los invitamos a aislar los elementos violentos y a los ladrones e intentamos que se impliquen en el mantenimiento del orden. Mañana por la tarde intentaremos plantear una ruta de marcha, con un acuerdo sobre las conclusiones para suprimir la violencia y los robos. No es fácil: esta noche, a las 21 horas me llaman por un robo y he encontrado a tres jóvenes armados, he retirado un fusil, a pesar del alto el fuego y las reuniones...











domingo, 12 de enero de 2014

Si la primera semana del año es así...





Lunes y martes 6 y 7 de enero de 2014
Dos días bastante tranquilos. Bajo a la ciudad para saludar al imán y revisar los barrios en el norte, donde algunos peuls (una ayuda a la Seleka, se han convertido... en antibalaka) han quemado casas, porque sospechaban que dentro había antibalaka...
Los barrios están vacíos... extrañamente vacíos. Y podemos ver al menos una veintena de casas quemadas después del ataque del domingo.
Los combates entre los antibalaka y Seleka desde el día 6 de diciembre han causado, por lo menos, un centenar de muertos (avalados por la Cruz Roja).
Por la noche un niño de dos años murió aquí, en la Misión. ¿Malaria?
Miércoles 8 de enero de 2014
Tengo que ir a buscar trescientos litros de gasóleo para la antena del teléfono Orange, que una moto ha traído de Paoua.
Por la tarde, con este pretexto, salgo fuera de la ciudad para reunirme con los antibalaka, que son muy numerosos (al menos, cuatrocientos y solo en este sitio...) y cada vez están más nerviosos
Presento el problema de la apertura de las escuelas (cerradas desde hace un mes) y de la comida para la ciudad (todos los mercados, donde la gente compra los productos... están cerrados). Pero la cantinela siempre es la misma: Solo necesitamos que la Seleka y los musulmanes depongan las armas, y que la Seleka se marche...
Dicen que, una vez conseguido esto, dejarán la guerra para volver pacíficamente a sus poblados...
Hacia las 18'30 comienzan a disparar en la ciudad, pero no sabemos bien qué está sucediendo... Muchos disparos, y gritos de alegría (de la población musulmana). Luego nos enteramos que un general de la Seleka ha llegado a Bangui para reforzar el contingente de Bozoum. Habrá entre seis y diez coches, y el número consiguiente de rebeldes
Sin comentarios.
Jueves 9 de enero de 2014
Noche sin disparos.
Por la mañana bajo al hospital y, mientras estoy allí, un grupo de unos cincuenta peuls, armados con machete, arcos y también tres o cuatro kalashnikov atraviesa el patio.
Van hacia el Ouhgam, el río, donde los Seleka, llegados la víspera, se han marchado una hora antes para despejar la carretera y cazar a los antibalaka.
Oímos muchos tiros, a pesar de la distancia, y hacia mediodía se levanta una gran humareda en esa dirección: probablemente la Seleka ha quemado uno o más poblados...
A las 17'30 llegan los Seleka, los nuevos. Hay un DGA de la policía, y otros Selekas (unos centroafricanos, otros del Chad). Nosotros tenemos una reunión con ellos y sus hombres y muchos de los refugiados asisten.
Quieren que la gente vuelva a la ciudad. Nosotros los escuchamos, y luego tomo la palabra. Les digo que las tres mil personas que están refugiadas en la misión están paradas, después de un mes. Por mí se pueden marchar rápidamente, pero se precisa seguridad. La gente está expuesta a las acciones de la Seleka y a sus venganzas, tienen miedo de las armas distribuidas a los musulamens y a los peuls...
Un hombre y una mujer toman la palabra y expresan sus preocupaciones, su miedo de volver, porque están expuestos a la Seleka...
Después de un prolongado intercambio decidimos reunirnos mañana por la mañana, porque ellos tenían que marcharse...
Sin embargo, hemos logrado hablar y he hecho que se enfadara un Seleka que amenazaba a la gente con la metralleta para tenerlos a distancia: le he diho que la dejara, porque en mi casa no le permitía cierttos comportamientos... me ha estado miramdo con mirada torcida durante toda la reunión.
Pero ¿cuántos quedarán? Y si se marchan, ¿volverán los antibalaka?
Y, finalmente... la gente no se confía y no quiere volver a casa, mientras la Seleka esté allí
 Vienea 10 de eneroA las 7'30 estamos preparados para la reunión... pero después de una hora aún no ha llegado ninguno y nos marchamos. Hacia las 9'00 llegan, el imán y la Seleka, y comenzamos la reunión. El jefe de la misión, el "general" de policía (!) Adoum Rakis habló diciendo que ha venido por la paz, que está allí para todos, que el gobierno está muy preocupado por Bozoum, que la gente debería irse a casa, bla, bla, bla...
La gente habla y les pide qué garantías pueden darles de que las personas no serán perturbadas y amenzasas por la Seleka después que ellos se marchen. Les preguntan también por qué no desarman a los musulmanes y a los peuls que tienen armas de guerra. El "general" dice que ya tienen una lista de dos civiles que tienen un kalashnikov (nosotros tenemos otra con los nombres de al menos cincuenta y cinco personas en !).
Recuerdo a los amigos musulmanes y a los peuls y a la Seleka que el problema no son los antibalaka, sino la Seleka: si la Seleka se va, los antibalaka muy probablemente depondrán las armas y volverán a sus poblados.
Insistimos en los abusos y, finalmente, los de la Seleka marchan a detener a Ngaina Jerome, un catequista arrestado por ellos el miércoles, acusado de ser un antibalaka, torturado y dispuesto a ser asesinado... Lo libran como señal de humanidad... (y por desgracia parece que los rebeldes de la Seleka se han presentado en los poblados con las señas de la Fuerza Multinacional Africana, la FOMAC, y de este modo han confundido a la gente...).
Después de una larga reunión, llega la noticia de las dimisiones del presidente Michel Djotodjia y del primer ministro. Las personas son prudentes, pero hay por todas partes un poco de alegría...
A las 15'00 voy con la Cruz Roja a echar una ojeada a los poblados en la salida de Bozoum, en las carreteras para Bocaranga y Paoua, donde han estado combatiendo ayer. Batalla que, afortunadamente, no ha causado muchos muertos, pero la Seleka se ha vengado quemando cuatrocientas cuarenta casas (sobre quinientas veinte), en los poblados de Pont Ouham, Doussa, Camp 5 y Boyele... ¡Qué tristeza ver las casas quemadas, destruida la cosecha...!
Una cosa singular: en Boyele el catequista ha cerrado su casa con un candado y un rosario...; los Seleka no se han atrevido a quemar y forzar las puertas...
Mañana, si todo va bien, iré e revisar los poblados quemados por la Seleka en el eje de Bangui.






domingo, 5 de enero de 2014

Un mes de refugiados





¡Un mes! Desde el 6 de diciembre vivimos ya en casa con 3.000 refugiados.
Los días van pasando y todas las actividades "normales" sufren transformaciones: la escuela, la comida, la vida misma.
La gente intenta adaptarse, aunque no faltan momentos de miedo (cuando los disparos son muy cercanos) ni de tensión. Pero seguimos adelante, también gracias a la simpatía y a la oración de muchísimos. ¡GRACIAS!
Martes 31 de diciembre
Muy de mañana hay disparos por todas partes en la ciudad, hasta las 13 h.
La  Seleka  ha intentado atacar a los antibalaka en Bata, un poblado a 7 km en la carretera a Bossangoa.
Pero los antibalaka se han dispersado y los Seleka no han encontrado al enemigo, y la han emprendido con los civiles, con el enésimo saqueo (colchones, motos) y han matado a cuatro o cinco civiles(entre ellos una mujer). De vuelta a Bozoum, los Seleka han disparado al aire, y los antibalaka que estaban cerca de la ciudad han intentado atacar. Lo que es grave es que los antibalaka han ido al hospital y han amenazado al personal, porque esperaban encontrar heridos de la Seleka (y matarlos). La Seleka ha llegado y ha habido una batalla en la zona del mismo hospital...
Hay que señalar tres cosas:
   La tentativa de ataque de la Seleka, con los homicidios de civiles, solo servirá para justificar posteriormente a los antibalaka, y para convertirlos en más peligrosos y menos respetuosos de la población civil (particularmente los musulmanes y los peuls).
   El coronel Yahaya (uno de los pocos Seleka en condición de razonar) ha sido herido.
   El personal del hospital no puede quedarse en el hospital y no puede prestar ningún servicio. ¿Qué haremos?
Miércoles 1 de enero de 2014
Día bastante tranquilo. La gente refugiada en la Misión (más de 3.000 personas) se desea un feliz año, pero sin mucha convinción...
Jueves 2 de enero de 2014
Algún disparo en la ciudad hacia las 10: los Seleka han asesinado a un joven en la ciudad, acusado de espionaje.

Viernes y sábado 3 y 4 de enero
Días extrañamente tranquilos...
El sábado por la tarde fui con algunos de la Cruz Roja, una enfermera del hospital (que fue amenazada por los antibalaka el 31 de diciembre), un pastor y un maestro para encontrarme y reunirme con los antibalaka.
Llegamos al poblado y hay muchos. Parecen encontrarse muy nerviosos (es probable que uno de los jefes haya sido asesinado el 31 de diciembre). Nos insultan un poco, pero no demasiado... Esta vez nos sentamos y presentamos las razones de nuestra venida: hacerles saber a los antibalaka el hecho gravísimo de haber entrado, durante el ataque del 31 de diciembre, en el hospital, de haber amenazado al personal y registrado los locales.
El jefe está de acuerdo con lo que decimos, pero algunos elementos están muy inquietos y lanzan absurdas acusaciones...
Nos marchamos después de una hora de discutir y espero que la próxima vez que haya un ataque el hospital sea respetado...
Domingo  5 de enero
El día comienza con un mal despertar: disparos desde las 6'30 a las 8'00 h. Después, un poco de calma. ¿Por cuánto tiempo?