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sábado, 21 de diciembre de 2013

una semana muy larga







Domingo 15 de diciembre
Los militares... aún no han llegado... ni los franceses, ni los cameruneses de la FOMAC...
Tenía muchas esperanzas, porque llegaban en un buen momento, con los anti-balaka fuera y los Seleka acuartelados... pero nada.
De cualquier modo, la cosa continúa.

Los refugiados aquí en la Misión son más de 5.700.

El proceso de reconciliación continúa.
Los musulmanes están empezando a organizar el desarme, y efectivamente no se ve a nadie con machetes, etc., en la ciudad.
Ayer se presentó el ultimátum al coronel de la Seleka; tenía que dar una respuesta a las 11 h, luego a las 15 h y, por fin, hacia las 16 h  dijo que aceptaba la segunda solución, es decir, la de acuartelar sus hombres y que no salieran armados en la ciudad...
Es una buena idea... aun teniendo en cuenta el hecho de que:
1) Un cierto número de Seleka (al menos tres), han huido para irse por las buenas.
2) Uno o dos elementos de la Seleka hoy han ido al hospital; han chantajeado a un enfermero... para conseguir medicinas gratis...
Un poco después de las 16 h, me he marchado para reunirme con los anti-balaka, porque se había fijado un encuentro para hoy, con el fin de compartir información.
Yo no tenía muchas noticias... porque aún no tenía la respuesta elegida por el coronel y no había visto a los militares, ni a los franceses, ni a los cameruneses...
Lo expliqué e insistí en la necesidad de tener militares profesionales para el desarme, y ellos reaccionaron bien (me parece que estaban menos presionados que ayer en relación con la prórroga de los tres días del ultimátum).
La reunión de ayer con los musulmanes ha dado sus frutos, porque están menos violentos con ellos...
Les prometí volver mañana después de mediodía.
Mañana voy a intentar ponerme en contacto con los otros grupos anti-balaka... y se verá...
Lunes, 16 de diciembre
Por la mañana, hacia las 8'30 me marché a la ciudad, para ir con los de la Cruz Roja a buscar aún un cadáver y enterrarlo. Al volver... tengo la mala sorpresa de encontrarme con nueve Seleka armados, a pesar de que el coronel Yahaya había aceptado acuartelarlos.
Mientras tanto, encontramos un individuo en la zona de la Misión. Le subo al coche y le llevo fuera; me dice que ha venido inocentemente bla, bla, bla... Investigamos y tenemos la confirmación de que había amenazado a una persona y chantajeado a otra...
A las 11 h, al que nosotros llamamos "Comité de negociación" se hace presente. Analizamos la situación y estamos de acuerdo en llamar al coronel para reprocharle el no haber respetado las condiciones del acuartelamiento. Llega a las 11'30, y le manifestamos nuestro disgusto por el comportamiento de sus hombres, que no respetan el acuartelamiento y que siguen extorsionando a la gente. Tiene que darse cuenta de la gravedad de la situación y del peligro en que pone a toda la población obrando de esa manera.
A las 16 h marchamos a la reunión con los anti-balaka, y les explicamos la situación y la proposición de acuartelamiento, así como otras proposiciones para terminar con las extorsiones, ante la llegada de los militares franceses y de la FOMAC.
Al volver de la reunión, nos damos cuenta de que un elemento de la Seleka ha confiscado una moto, y comprobamos que al menos siete elementos de la Seleka pasean por la ciudad con ropa y armas...
Es claro que no tienen intención de acuartelarse y de devolver las armas (tanto más cuanto que ayer marcharon a esconder una partida...)  ¡Como para tener ánimo!

Martes 17 de diciembre
Esta mañana, hacia las 8'30, nosotros (SG de la Prefectura, el P. Aurelio y los cuatro musulmanes del comité de negociación) damos una vuelta por la ciudad para comprobar si los Seleka están acuartelados o no. Los encontramos reunidos y seguimos hacia la salida de la ciudad, porque alguien nos ha indicado que ayer los Seleka habían colocado una barrera. La gente nos confirma que algunos elementos han colocado una barrera y hacen "las formalidades" a algunos extraños coches. Hacer las formalidades significa...  estafar dinero.
Pero después de dos horas, el coronel de los Seleka llegó para expulsarlos y algunos elementos han huido.
Hacia las 12 h comienza a propagarse la noticia de la llegada de los militares franceses, a los que vemos atravesar la ciudad con los carros blindados. Y a las 13 h están en la Misión. ¡Son acogidos como libertadores!
El capitán me pide que les presente la situación, y le explico toda la historia, con el proceso de reconciliación y pacificación. Queda sorprendido de todo el trabajo, y se alegra, porque es ese precisamente el objetivo de su misión.
Después de una visita para localizar el sitio para su instalación, hacia las 15 h tomamos el camino con él y llegamos al lugar del encuentro con los anti-balaka. También ellos está muy contentos de ver los dos carros blindados, y el capitán les explica que su objetivo es el de hacer que cesen las extorsiones y que se desarme todo el mundo.
Los anti-balaka están muy contentos y aceptan deponer las armas, porque su objetivo (el desarme de los Seleka, de los musulmanes y de los peuls) se ha conseguido.
A la vuelta a la Misión, llamo a los refugiados a la iglesia y les doy la buena noticia de la PAZ. Explico todo el proceso y el trabajo de la Misión Militar Francesa. Les digo que las extorsiones de los Seleka se HAN TERMINADO, y que si pasa algo, deben indicarlo y denunciarlo rápidamente. Les doy algunos consejos y les pido que esperen y que se marchen mañana por la mañana. Terminamos la reunión con un gran GLORIA, cantado y bailado.
Esta tarde hay un ambiente muy alegre: ¡es como si fuera Navidad!
Miércoles 18 de diciembre
Muchos refugiados acuden a la misa y rezamos por la protección de estos días, por la paz y la reconciliación. Inmediatamente después, la gente comienza a preparar su equipaje y a marchar: en menos de dos horas la Misión está vacía, y las cuarenta salas ocupadas por los refugiados están no solamente vacías, sino que todo ha quedado muy limpio: los refugiados han dejado todo en orden. Un pequeño milagro y un gesto muy bueno de agradecimiento.
Más tarde bajo a la ciudad y me encuentro a la gente tranquila, el mercado se reabre: ¡La vida comienza de nuevo!
Los militares franceses están en la ciudad, con carros y camiones bien visibles, a punto de acuartelar a la gente de la Seleka. Paso al barrio musulmán, y la gente me saluda con alegría: es un poco de fiesta hoy. Una fiesta aún débil,  con frecuencia perturbada por los rumores de ataques, pero también por el temor de los rebeldes y otros esconden sus armas por otras partes... Por estas dos razones, debo bajar más veces a la ciudad.
A las 15' 30h  llega un helicóptero con el general Soriano, el jefe de las tropas francesas. Se reúne con el pequeño comité de mediación y escucha el relato de nuestro trabajo y nuestras preocupaciones, pero también nuestra satisfacción de tener las fuerzas francesas en Bozoum.
Después de marcharse voy con la Secretaria de la Prefectura porque los anti-balaka se han instalado y han puesto una barrera para impedir la huida de armas. Hablamos durante largo espacio de tiempo, y les decimos que se retiren y se alejen, para que la gente de Bozoum se sienta más tranquila y no tenga miedo. Lo aceptan de agrado.
El desarme avanza, pero no es tan sencillo como parece... ¡Exige que todos se impliquen!
Jueves 19 de diciembre
Noche tranquila: la primera sin refugiados, sin ruido, sin golpes de tos, sin lloros de niños...
El imán me pide que le ayude para enterrar a una mujer: tiene miedo de los anti-balaka... Se lo pido a la Fuerza Francesa y marchan juntos para enterrarla. Después me paso por el hospital a buscar a un herido y llevarle al aeródromo, en el que un avión de la Cruz Roja le recoge para llevarle a Paoua y confiarlo a los MSF que se ocuparán de él.
A las 14' 30 h tomo la carretera con la Secretaria General de la Prefectura para ir a RV con los anti-balaka. Los encontramos tranquilos, prácticamente ya no hay más armas. Se discute y las cosas avanzan.
Al volver, vemos inmediatamente un camino, en el que nos encontramos a los peuls que, según las informaciones recibidas. están a punto de esconder las armas... Al pasar por la ciudad encontramos el coche de los Seleka y uno de ellos está armado, que no debería estarlo.
Llego a la Misión, pero la gente me llama para que vaya a reunirme con otro grupo de anti-balaka y voy. Estoy contento de verlos y de charlar un poco con ellos, de escucharlos y darles consejos y les invito a que tengan paciencia esperando el desarme efectivo de todas las partes.
Quiero comprobar que hay rumores y mentiras que circulan (los anti-balaka habrían robado rebaños de 800 y 700 animales, habrían atacado un coche), pero puedo comprobar que todas esas noticias son falsas.
El trabajo avanza, muy lentamente, pero avanza.
Viernes 20 de diciembre
Por la mañana marcho con la SG de la Prefectura y los militares franceses a Kosso, un poblado a 9 km de camino espantoso.
Reunión con otro grupo de anti-balaka: escucha de sus razones y explicación del proceso de pacificación. El capitán francés presenta su objetivo y su trabajo. Los anti-balaka son gente sencilla que expresan su frustración antes las extorsiones de la Seleka.
Antes de volver, me paso por casa del imán para calmar los espíritus, que aún se encuentran en plena psicosis y temor de un ataque de los anti-balaka. Además, hay gente que inventa accidentes, como un joven cuyo coche habría sido detenido por los anti-balaka, le habrían golpeado y le habrían robado una cantidad de dinero (que, a cada momento, aumenta y cambia). Finalmente, podemos comprobar que los anti-balaka no le han parado...
Antes de mediodía, una larga reunión del comité de mediación, para reflexionar e invitar a todo el mundo a la calma y a comprobar todas las historias. Durante la reunión llega un coche con siete elementos de la Seleka, todos armados. Se lo recrimino, porque ellos no están autorizados a salir de sus bases con las armas. Hago alguna foto, y no se muestran nada contentos...
Se comienzan a descubrir escondites de armas, pero aún queda trabajo por hacer.


 








domingo, 15 de diciembre de 2013

trabajando por la paz y la reconciliación






Viernes 13 de dicìembre
Esta mañana, antes de las 6'00, estaba en la carretera para ir a Bocaranga, en el poblado de Tatale (50 km.) a recoger a los heridos del ataque de los anti-balaka del sábado 7 de diciembre.
A menos de 15 km de Bozoum, me detuve porque esaban los anti-balaka y me estaban esperando.
Los saludo: es la gente de los poblados de la carreterea, hay estudiantes, jóvenes, adultos... son más de ochenta.
Comenzamos a charlar. Expresan su desesperación por los abusos de los Seleka y su desgracia desde marzo.
Les digo que la respuesta a la extorsión y la lucha por defender a sus familias y su poblado es una buena cosa, pero no deberían confundir a los musulmanes y a la Seleka. Los criminales son los de la Seleka. Hay musulmanes y Mbororos que se han aprovechado, pero está fuera de lugar el atacar a los civiles como han hecho en Bozoum, provocando la reacción de la Seleka (con más de veinte civiles inocentes asesinados) y de los musulmanes que ahora están todos armados. Lo entiendo y les pregunto si quieren participar en un encuentro con el coronel Seleka... y aceptan...
Sigo por la carreterea, y en todos los poblados hay anti-balaka. En Tatale, mientras recogemos a los heridos, me reuní con el comité de autodefensa, que había reaccionado contra los anti-balaka que el sábado habíabn atacado a los musulmanes del poblado. La atmósfera es buena, pero... el coronel Yahaya (Bozoum) ha vendido fusiles kalasnokov a los Mbororos... y esto complica las cosas...
Volvemos con veinte heridos ....

Procuraré convencer al coronel para que venga mañana, desarmado, con ocasión de la reunión... esperamos, y espoeramos que este trabajo dé frutos de paz...
Sábado, 14 de diciembre.
Este es el gran día de la reunión con los anti-balaka (sencillos ciudadanos que han constituido comités de vigilantes para proteger a sus familias y bienes, exasperados por las extorsiones de los Seleka).
A las 8'00 voy a la ciudad con el secretario de la Prefectura, la proveedora en los Estudios y mis colegas de Justica y Paz. El cortonel Yahaya de la Seleka llama  a su "estado mayor" y me ofrece el teléfono. Después de haber explicado el problema y haber asumido la responsabilidad por la seguridad, se conviene que el coronel pueda ir sin escolta (es la condición que he pedido yo).
Mientras tanto, puedo convencer a algunos líderes musulmanes (a dos imanes, a un jefe Mlbororo y a un delegado de los transportistas). Me cuesta trabajo convencerlos, pero luego se encuentran determinados e intensamente motiviados (y muy valerosos considerando que los anti-balaka son más bien hostiles en relación con los musulmanes y los Mbororos, porque algunos de elllos han colaborado y se han aprovechado de la presencia de la Seleka).
Al marchar, el coronel estaba ya en el coche cuando uno de la Seleka sube con muchas armas... Le ogliga a que se baje, y también el coronel decide no marcharse ... (solo más tarde sabríamos que los Seleka se han marchado con su coche a toda velocidad, para seguirnos, pero tuvieron un accidente y han tenido que volver. No me atrevo a imaginar qué habría ocurrido si hubieran llegado a la reunión armados...).
Nos marchamos. Al llegar al pueblo... hay una línea impresionante de hombres armados... ¡Son más de quinientos! Tienen fusiles artesanales, hechos con las cañerías del agua, machetes, palos...
Comenzamos el encuentro, y damos la paz al líder. Es impresionante oír sus grios de angustia y sufrimiento. No pueden viajar, tienen problemas con los ganaderos Mbororos (que están armados y amenazando a muchos), han sido heridos, torturados, violentados, robados. Han perdido familiares, asesinados por la Seleka (uno ha sido asesinado y su cuerpo tirado al río)...
Están muy decididos y dejamos un ultimátum de tres días para que la Seleka deponga las armas y abandonen Bozoum... En caso contrario, quieren entrar en Bozoum y atacar a los Seleka...
De este modo se produciría un desastre y una matanza (en cuanto identifiquen a la Seleka y a los árabes... habría una masacre de la población musulmana y, en respuesta, una masacre de cristianos...).
Reconocemos el motivo de su rabia en relación con la Seleka. Intentamos hacerles comprender que, aunque algunos musulmanes y Mbororos han colaborado con la Seleka, la mayor parte de los musulmanes y los Mbotroros son inocentes. Habrá que desarmar asimismo a los musulmanes y a los Mbororos, porque el coronel Yahaya les ha vendido kalashnikov (al menos veinte...).
Por fortuna, los musulmanes que hemos llevado son muy listos. En ocasiones hay gritos en contra de los musulmanes, pero se mantienen tranquilos. Hablan y, en primer lugar, piden perdón por el mal que han causado los musulmanes y expresan su deseo de querer ayudar para que la Seleka se marche, de modo que podamos volver a vivir juntos en paz...
Terminamos el encuentro con el objetivo del desarme y de la marcha de la Seleka. hay tres días de tiempo... No será fácil, pero nos ayudaremos mutuamente... De otro modo, ¡que Dios nos ayude!
El número de anti-balaka en esta zona es probablemente de más de mil elementos. Hay otros dos grupos principales, y estimamos que el número total es entre dos mil quinientos a tres mil personas armadas, como mínimo.
Si logramos desarmar y rendir a la Seleka, el movimiento anti-balaka está dispuesto a dejar las armas... podría ser un modelo, y facilitar la pacificación del País.
A las 15h: reunión con personas que han venido esta mañana (el secretario de la Prefectura, cinco musulmanes y yo); estamos de acuerdo para leer el ul¡timátum al coronel, y le damos dos opciones:
• Que la Seleka abandone Bozoum,
• Los Seleka, si quieren quedarse, tendrán que ser confinados en un solo lugar, y no salir por laa carreteraa con las armas.
Llamamos al coronel, que acude. Le explicamos la gravedad de la situación, le leemos el ultimátum de los anti-balaka, y les presentamos nuestras proposiciones. Es claro que no están muy contentos...
Les pedimos que tomen en serio las proposiciones, porque actualmente los anti-balaka son muy numerosos y poderosos, y si la Seleka resiste, puede haber una masacre para todos...
Lo pensarán y a las 11'00 de mañana nos darán una respuesta. 









jueves, 12 de diciembre de 2013

lunes - miércoles







Lunes
Por la tarde han llegado los nuestros.  Son los militares cameruneses de la FOMAC (la Fuerza Militar de los Países de África Central). Veinte soldados muy profesionales.
Han puesto seguridad en la zona de la Misión, que acoge ya a 4.500 refugiados. Después, marchan a ver a los rebeldes de la Seleka. Les avisamos que harán patrullas en la ciudad y la Seleka no está de acuerdo. La FOMAC dice que no importa: ellos patrullarán igualmente. Ahora la Seleka pretende patrullar conjuntamente, y la FOMAC dice que no... Al fin, la Seleka tiene que aceptar...
Martes
Por  la mañana voy al aeropuerto a llevar una mujer herida por la Seleka el viernes: el avión de la Cruz Roja la lleva a Paoua, donde Médicos sin Frontera se ocuparán de ella.
Mientras tanto la FOMAC se reúne con las autoridades, el Islam y la Seleka. La Seleka pretende que la gente refugiada en la Misión vuelva a sus barrios. ¡¡¡¡¡¡Y ellos garantizarán la seguridad!!!!!!
Desean reunirse con la población a las 14 h. Yo no les dejo entrar en la Misión, y no quiero que hablen a la población, sino que la gente les hable... Acepto tener un encuentro con una docena de los representantes de los refugiados en una casa de la otra parte de la carretera.
A las 14 horas todos están presentes. Pero la Seleka no llega. Esperamos un poco, después nos ponemos de acuerdo en no esperar más allá de las 14'30 horas. A las 14'25 el "coronel" llama por teléfono, diciendo que se había dormido, y que ahora puede venir. Le decimos que no, porque ya nos hemos marchado, y que puede venir mañana a las 8'30. Insiste, pero le decimos que NO. Los delegados de los refugiados, cuando se enteran de que rechazamos esperar al coronel, aplauden. Es importante que la gente empiece a tomar conciencia de su propia dignidad, y que exija el respeto.
En la ciudad hay un poco menos de tensión y unas pocas menos armas...
Después de la reunión fallida, marcho con la Cruz Roja para recuperar otro cadáver. Al regresar, encuentro con jóvenes armados con palos y machetes. Me paro y les pregunto por qué van por ahí armados. Me contestan que tienen miedo de los anti-balaka (milicias espontáneas que atacan a la Seleka y a los musulmanes). les digo que estén tranquilos y que no anden armados.
A las 20'30 horas me informan que los anti-balaka están en la ciudad... Tomamos algunas preocupaciones, y luego nos vamos a dormir... y, por fin, la noche discurre tranquila.
Miércoles
Esta mañana teníamos la reunión a las 8'30h. Sorpresa: el "coronel" Yahaya de la Seleka llega cinco minutos antes... Ha aprendido la lección de ayer. Llega con el "coronel" Ibrahim, y con diez o quince (su nombre de batalla...), y su escolta (armada con más gris-gris -amuletos- que con armas...).
Las personas son muchas... y los delegados comienzan a hablar. Manifiestan su miedo, sus temores y la falta de seguridad. Esta misma noche, los Seleka han quemado dos casas y robado un teléfono... ¡Las mujeres son más valientes que los hombres! Una mujer habla: Los Seleka mataron a su marido el viernes pasado... ella tiene siete hijos pequeños y nada más. Su testimonio hace derramar muchas lágrimas...
Después... tomo la palabra yo. ¡Finalmente! Son meses en los que he estado esperando el momento de gritar y denunciar lo que han hecho los de la Seleka y de decirles cuatro u ocho cosas e, incluso, también dieciséis...  Además ... tengo público, y me lanzo.
Los Seleka pretenden que los refugiados (que ya son 4.500) vuelvan a sus casas. Pero no hay ninguna garantía. Digo que el problema no son los musulmanes, sino ellos, los de la Seleka. Son ellos los que asesinan, los que tiran los cadáveres a los ríos, los que hasta han llegado a denunciarme a la Cruz Roja porque hemos ido a buscar cadáveres para darles sepultura. Es la Seleka la que arresta a la gente, la que la tortura. Es la Seleka la que amenaza (y digo a los "diez o quince": "Tú eres el que en el municipio has gritado contra el Padre, que denuncia vuestros crímenes, y tú has dicho que has venido a matarme"). Es la Seleka la que pega y la que roba. La que pone las barreras bajo el pretexto de proteger a la gente: la verdad es que vosotros matáis a la gente, vosotros la robáis y vosotros no protegéis nada que no sea vuestros bolsillos...
Les he dicho también que, después de haber hecho huir a las personas, que se han refugiado en Bozoum desde agosto (son más de 8.000), pretenden dinero por los camiones con víveres del PAM, que están obligados a pagar para entrar en la ciudad... He dicho: "Vosotros queréis que ellos vuelvan a casa... pero esta noche habéis quemado dos casas, habéis robado un teléfono... ¿cómo podéis pensar que las persones estén confiadas?".
Les he explicado que nosotros hemos abierto las puertas a todos, a los cristianos como a los musulmanes. Que nosotros damos los víveres a las personas que están en la Misión, pero también a los 2.200 peuls que están refugiados en la mezquita... Nosotros no tenemos problemas con los musulmanes. El problema... sois vosotros de la Seleka.
Los Seleka han respondido... veremos. Después de la reunión he estado con ellos... y me parece que han entendido... ¡veremos!
Inmediatamente marcho para ir a encontrarme con los peuls que han huido de los poblados y de los barrios. Eran 2.200, pero hay más que están llegando... Están contentos de vernos y compartimos su sufrimiento. Tienen miedo porque los anti-balaka los han atacado (hay heridos), y por eso van armados. Encontramos también al imán, un amigo, y nos saludamos con alegría. Aprovecho para decir a todos que nosotros no tenemos nada en contra de los musulmanes, que necesitamos vivir juntos en paz. Es un momento hermoso... Invito al imán a la misión para hablar a los refugiados. Lo acepta y se hará.
Después de la visita, vuelvo y espero que de aquí a mañana se pueda invitar a la gente a repartir... si los Seleka respetan las condiciones: cesar las extorsiones y las violencias...
A las 16 horas marcho para reunirme con el "coronel" Yahaya de la Seleka y con el secretario de la Prefectura. Es un tipo tranquilo, y reanudo la discusión de esta mañana: las personas no volverán a casa hasta que la Seleka continúe robando, asesinando, torturando... Se discute bien, y espero que escuchen. Veremos las próximas noches y los próximos días si quieren cambiar o no.
Voy a buscar al imán, y con él volvemos a la Misión para reunirnos con los refugiados. Le presento y explico a la gente el miedo de nuestros hermanos musulmanes, atacados por los anti-balaka, e insisto en su voluntad de respetar a todos y a cada uno y de volver a vivir junto en paz. Doy la palabra al imán, que los invita a volver a los barrios. Pero las personas aún tienen miedo...  se necesitará tiempo, mucho tiempo y mucho trabajo para volver a la paz verdadera.