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martes, 24 de septiembre de 2013

SEMANA DE FUEGO




























El tiempo corre, y los días en este período están más que llenos, entre la preparación del  comienzo de la escuela, los problemas con los rebeldes, los refugiados...

El lunes llegaron los camiones de los PAM (Programa de Alimentos Mundial)) para la distribución de los víveres a los refugiados, que hemos distribuido en tres días, desde el martes al jueves, a más de 5.000 personas. Aún queda por ir a tres poblados de la acrretera de Bozoum-Bossangoa para hacer la distribución a otras 1.300 personas que han quedado en los campos, fuera de los poblados, por miedo de represalias por parte de los rebeldes (aquí el video 2):

Los rebeldes que continúan causando problemas. En Bossangoa, en esta semana, ha habido aún combates y casas quemadas, con decenas de millares de personas huyendo... Todavía el viernes en Tolle, un poblado a 70 km de Bozoum, los rebeldes han asesinado a una persona y quemado algunas decenas de casas...

Sin embargo... los rebeldes habrán sido puestos en libertad por el presidente, pero esto solo sobre el papel...

Después de la paliza recibida el lunes por la mañana, algo se ha movido (¡aparte de mi cara!), la cosa se ha sabido: ¡he recibido llamadas por teléfono de medio mundo! Pero también el jefe de los rebeldes ha recibido una llamada de la Aia, la sede del Tribunal Penal Internacional, de parte de Caroline N.M.Bayiha, fundadora de Stichting Lydia Foundation,
un activista de los derechos humanos, que le ha puesto al corriente de lo sucedido.

Y el jueves por la mañana, el coronel jefe de la Seleka de Bozoum ha mandado a alguien a preguntar si podía venir a verme, y yo le he dicho que sí.
Por la tarde, después de comer, ha llegado. con algunos acompañantes, el alcalde, una persona de la policía y uno de la gendarmería. ¡Cuántos! ¡Tantos para uno solo!
Me ha pedido excusas por lo que sucedido, y me ha dicho que cuando haya un problema, debo llamarle... pero no ir a la base...
He insistido en que es hora de acabar con estas violencias,  arrestos arbitrarios, torturas, hurtos...
Me ha dicho que ellos solo arrestan a los que llevan armas, y yo le he dicho que no es verdad, porque sé que muchos han sido arrestados por sacar dinero, y que, sin embargo, no basta quitar las armas... también se puede matar con las manos y con las piedras: si no cambia nuestro corazón, entre tener o no tener armas no hay mucha diferencia.
Sin embargo, nos hemos quedado bien y esperamos.

Y el domingo por la mañana, 22 de septiembre, reabrimos las escuelas: desde la maternal al Liceo, serán más de 1.200 los chicos y chicas que comiencen de nuevo el trabajo y la alegría de ir a la escuela. Y aquí, ir a la escuela es siempre un pequeño milagro. Antes de ayer estaba haciendo las inscripciones, y se presentó una madre con su hija. Pregunté a la madre qué curso hacía su hija y respondió la hija. Pregunto el nombre de la hija y responde la niña. Entonces le pregunto si estaba contenta de volver a la escuela, ella, con una sonrisa de sesenta y cuatro dientes, me dice: "SÍ"

Precisamente en estos días hemos recibido la buena noticia de que, a través de la organización Siriri, la República Checa nos ayudará para abrir las escuelas también para los refugiados.

¡Estas son las cosas que cuentan! y son por las que queremos que cese esta guerra y toda esta violencia. Pero el futuro aún sigue oscuro. Con veinticinco mil rebeldes dando vueltas, hay pocas esperanzas de que se llegue a la paz. La semana pasada ha terminado en Bangui la enésima operación de desarme. ¿Resultado? Han recuperado 130 fusiles en doce días... Y las perspectivas a medio plazo son desastrosas. Por esta situación se debería permitir organizar elecciones entre 15-16 meses... pero nadie nos cree: ya no existen registros anagráficos, los prefectos aún  o encuentran en su sitio, y no es posible desplazarse libremente; solo para ir de Bozoum a Nagaundaye hay nueve barreras para 200 km, y todas "atendidas" por los rebeldes...





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