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lunes, 15 de abril de 2013

Guerra y paz






            En esta semana, como desde hace bastantes meses a esta parte... se alternan notas de alegría y, desgraciadamente, muchas (demasiadas) notas de dolor y de tristeza...
            Mientras en el resto del país la situación se mantiene, por desgracia, siempre demasiado tensa, aquí en Bozoum vivimos en una relativa calma... ¿A qué es debido? Probablemente a la voluntad de la gente, pero también a la presencia del cónsul del Chad... gracias a él los rebeldes se marchan siempre que vienen a Bozoum...
            El lunes reemprendemos los trabajos de la cantera para construir las casas para los alumnos que vienen de lejos... ¡Esperamos!
            El miércoles, a las 5, nos pusimos en la carretera José (el mecánico), Christin (el responsable de la Cajas de Ahorro) y yo. Dirección: NDIM, un lugar a 160 km en el norte, con malas carreteras y ¡con peores puentes!
            A las 8 llegamos a Bocaranga, donde hay una parroquia de Capuchinos y una casa de Hermanas de la Caridad. En esta ciudad los rebeldes han saqueado la base de una ONG americana, IRC, que se ocupaba de escuelas, sanidad, pozos, etc...
            Al salir de Bocaranga, encontramos un coche cargado de rebeldes... con metralletas, cartucheras, gafas de sol... Inquietante... Pasamos adelante como si no pasara nada...
            A las 9 estamos en Ndim. Aquí hay una comunidad de Capuchinos y una de Hermanas de la Misericordia. Están bien, pero todos están preocupados, y muy tensos... Vivir durante meses bajo tensión y miedo... es muy duro.
            También ellos, como nosotros, han reabierto las escuelas y en Bocaranga intentan dar a los niños la impresión de una cierta normalidad.
            Vamos a ver la Caja de Ahorro, que la semana anterior, el 4 de abril, fue atacada y saqueada por los rebeldes.
            Los rebeldes han arrancado las rejas y destruido las puertas de madera y han entrado. Han arrasado lo que han encontrado, rompiendo armarios y cajones, e intentando abrir la caja fuerte.
            No lo han conseguido, pero entre el material (tres baterías para la instalación de paneles solares, calculadoras, sillas, libros y registros) y dinero contante (unos 1.000 €), han causado daños por valor de más de dos mil euros, pero sobre todo impiden la continuación de esta iniciativa...
            Después de la comida, marchamos de vuelta. Llevamos con nosotros a algunos de los alumnos de nuestro liceo que habían ido a casa de vacaciones. Pero, lo más importante, viene con nosotros Pedro, un chico de catorce años, a quien trajimos aquí para que lo curaran las Hermanas de desequilibrios psicológicos (no hablaba, tenía reacciones extrañas) . Gracias a Dios y al trabajo de las Hermanas, ahora está bien y lo llevamos de nuevo a su casa.
            El jueves, después de comer, tuvimos el Consejo de los Profesores para el segundo trimestre, y ayer por la mañana distribuimos las libretas de notas...
            El viernes, por la tarde, organicé un momento de formación y reflexión para los jóvenes, sobre problemas actuales, buscando ayudarles a que lo comprendan y, sobre todo, a reflexionar...
            También ayer, sábado, recibimos por desgracia dos malas noticias: los rebeldes habían atacado el convento de Bangui, por la mañana, y el seminario de Yolé, por la tarde...
            En Bangui, gracias a la intervención del arzobispo y de amigos, consiguieron librarse de lo peor: los rebeldes se marcharon después de haber roto los cristales de algunos coches...
            En Yolé la situación fue más dura. A las 20 horas del sábado por la tarde llegaron dos rebeldes armados, acompañados de un joven de Bouar. Tomaron como rehén a un enfermero e hicieron que se les abriera el portón. Exigían dinero y nos amenazaron esperando un golpe de suerte. Mientras tanto, los Padres lograron avisar a Bouar (que dista 8 km). El mensaje fue lanzado también por la radio local, Radio Siriri, y algunos amigos fueron a buscar al jefe local de los rebeldes y le llevaron a Yolé con algunos elementos. Estos, apenas llegaron, se pusieron a disparar, creyendo que los rebeldes estaban aún dentro (pero mientras se marcharon)... Balance: mucho miedo, alguna señal en las paredes y, afortunadamente, ¡¡¡ningún herido o peor aún!!!
            El problema es que en Yolé hay ochenta chicos, de las escuelas medias y del Liceo, y ahora los Padres que están allí (el P. Enrique, el P. Mauricio y el P. Marcos) tienen que afrontar el dilema de quedarse o al menos los chicos...
            Esto, después de tres semanas de golpe de estado, es una señal clara de la incapacidad de los nuevos amos para administrar el país...






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